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Las constituyentes feministas

  • 05/09/2025
  • Mariángeles Guerrero
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El movimiento de mujeres y diversidades sexuales hicieron sus aportes a la Convención Reformadora. En la recta final, valoran el proceso de articulación que llevaron adelante para que la nueva Carta Magna tenga perspectiva de género y de derechos humanos.

En las calles y en el recinto de la Cámara de Diputados, donde sesiona la Convención Reformadora de la Constitución de Santa Fe. Con carteles en la mano y en grupos de whatsapp. Viajando de Santa Fe a Rosario y de Rosario a Santa Fe. Las organizaciones sociales llevaron sus aportes a la reforma constitucional. Las mujeres y diversidades sexuales hicieron lo propio para que la Carta Magna tenga una perspectiva feminista y de derechos. Aportaron no solo sus conocimientos específicos en la materia sino también las estrategias de incidencia aprendidas en el camino de las conquistas.

“Este proceso nos ha fortalecido porque vimos que en tiempos de tanta angustia, de tantos golpes de la derecha y de tanta violencia, podemos articularnos para ir por los derechos humanos de todas y de todos. Estamos viviendo un contexto muy difícil para la defensa de derechos pero nos hemos plantado para poder seguir diciendo aquí estamos y que no se puede escribir una Constitución sin nosotras adentro”, dice Beatriz Gutiérrez, de la organización MultiPalabras y de la Asamblea Ni Una Menos de la ciudad de Santa Fe.

En el hall de la Legislatura, Mabel Busaniche –de MultiPalabras y de la ANUM— expresa: “El movimiento de mujeres de Santa Fe tuvo y sigue teniendo en este proceso una participación muy interesante. Desde distintos espacios estamos mostrando lo que pedimos en esta nueva Carta Magna”. La activista fue una de las participantes que, en la primera jornada de exposiciones en el marco de la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías, brindó sus aportes. En esa jornada, decenas de organizaciones llevaron sus propuestas.

“Hay mucho trabajo realizado y deseo que realmente esta reforma responda a las necesidades del momento, que son muchas, y que pueda tener un horizonte de cambio teniendo la perspectiva de género transversalizada en todos los temas”, indicó.

Mabel lleva en su experiencia la participación en la reforma de la Constitución Nacional del 94, que se realizó en las ciudades de Santa Fe y Paraná. En aquel momento se implementó por primera vez la ley de cupos y hubo una mirada expectante sobre el trabajo de las convencionales. Pero afuera, las feministas se movilizaban en contra de la Cláusula Barra, por la que Rodolfo Barra, ministro de Justicia de Carlos Menem, intentó incluir en el texto constitucional que la vida comenzaba en la concepción.

“Tengo un recuerdo muy positivo. Había convencionales de mucho nivel y pudimos colocar temas interesantes. Fundamentalmente, lo que permitió que pudiéramos trabajar y tener la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Si no hubiera estado en ese momento en el 94, todavía estaríamos luchando por la salud sexual y reproductiva. Fue un gran paso”, dice Mabel. 

Más de tres décadas después, la activista se refiere a la experiencia de participación de las mujeres y diversidades sexuales en la reforma de la constitución de Santa Fe. “Gracias a que todas estamos aglutinadas en la Asamblea Ni Una Menos, surgió la idea de que esto tenía que tener una dimensión provincial. Hacía mucho tiempo que no trabajábamos con las compañeras de Rosario. Nosotras trabajamos más el centro norte y ellas trabajan más el sur de la provincia. Esta reforma nos motivó a volver a tener, como en la década del 90, muchísimas articulaciones y muchos encuentros conjuntos. Y eso ha sido muy positivo”, señala.

En el proceso de la Convención, un eje delicado de la disputa política fue la participación ciudadana. La elección de las y los convencionales, en abril, tuvo baja asistencia en las urnas, lo que generó un problema de legitimidad que el arco político intentó resolver a través de audiencias públicas y el ingreso de proyectos por parte de la sociedad civil. En ese marco se ingresaron más de 700 proyectos.

“En el contexto actual, donde todos los días hay una guerra de información, mantener el interés en una reforma constitucional que después va a afectar la vida de todos y todas en la provincia, es muy relevante. Sobre todo poder trabajar y visibilizar que no se podía hacer esta reforma sin la ciudadanía. Sin esa participación, que en realidad la empezamos a exigir cuando los plazos se acortaban y empezamos a movilizarnos en el ámbito de la plaza, los resultados de la Constitución hubieran sido muy fríos y alejados de toda la comunidad santafesina”, analiza Gutiérrez.

Hacía mucho tiempo que no trabajábamos con las compañeras de Rosario. Nosotras trabajamos más el centro norte y ellas trabajan más el sur de la provincia. Esta reforma nos motivó a volver a tener, como en la década del 90, muchísimas articulaciones y muchos encuentros conjuntos. Y eso ha sido muy positivo”

Las organizaciones feministas de la provincia estuvieron entre las que presentaron sus propuestas. Pero además establecieron redes con otras organizaciones, que trabajan otros temas. “Eso te está mostrando que había una necesidad de participación muy grande. Fue realmente alentador ver caras nuevas con temas nuevos”, valora Busaniche.

Un hito de esa articulación fue un encuentro que se llevó a cabo en junio, en la Facultad de Medicina de Rosario. Allí se reunieron militantes feministas de distintos lugares de la provincia. A partir del trabajo en comisiones, se hicieron propuestas que luego se sistematizaron. “Establecimos una coordinación permanente con Santa Fe a través de asambleas virtuales y acordamos que cada organización presente sus propuestas”, explica Viviana Della Siega, integrante de la Asamblea Lesbotransfeminista de Rosario.

La Asamblea llevó varias propuestas. En la comisión de Régimen Municipal planteó la paridad de género en las cartas orgánicas de las municipalidades. También lo plantearon en la comisión de Poder Legislativo y Poder Ejecutivo, para que haya paridad en el gabinete y en la Legislatura. Y lo plantearon también respecto al Poder Judicial, en la designación de jueces, en la designación de integrantes de la Corte, en el Ministerio Público de la Acusación y en el Servicio Público de la Defensa. También propuso la capacitación en perspectiva de género y derechos humanos para todos los agentes de la administración pública, específicamente para el Poder Judicial. 

A la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías llevó la inclusión de la educación sexual integral y la introducción de todos los pactos y tratados de derechos humanos y de sus protocolos facultativos. Al respecto, tuvieron en cuenta los adoptados con la Reforma del 94, y los ratificados posteriormente por el Estado Nacional. 

Además incluyeron la perspectiva feminista respecto a la reforma del Artículo 19, de salud, para que aparezca el concepto de salud integral de la Organización Mundial de la Salud y para que el Estado garantice los tratamientos integrales para el consumo de sustancias, ludopatía y adicción a las nuevas tecnologías y el ejercicio digno y libre de la salud sexual reproductiva y no reproductiva. Llevaron además la propuesta de que se considere al medicamento como un bien social y que se prohíba explícitamente la cesión total o parcial del Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF).

“Para elaborar estas propuestas, tuvimos en cuenta la sistematización de los aportes que se hicieron en el encuentro regional del 14 de junio. Dos personas se sentaron a escribir los artículos: Silvia Augsburger y Lucrecia Aranda. Ellas trabajaron con la Constitución vigente, con la Ley de Reforma y con los aportes”, relata.

Desde la organización MultiPalabras también presentaron proyectos para que se incluya el deber de la provincia de garantizar el acceso a la salud integral como de un derecho humano y que se reconozcan los derechos sexuales y reproductivos como derecho humano básico. También solicitaron que el LIF sea reconocido como una empresa con un fin social y que sea garantizado el acceso al medicamento como un derecho humano. “Pedimos que el LIF sea intransferible. No lo logramos: quedamos a medio camino, declarando el medicamento como un bien social y el interés en su producción”, dice Gutiérrez. 

Otra propuesta fue la recomendación de incorporar las Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en Condición de Vulnerabilidad, un centanar de normas aprobadas en 2008 por la Cumbre Judicial Iberoamericana. También propusieron que la Convención de Belém do Pará sea incorporada a la Constitución provincial. “En este sentido, considero que es un logro que en el texto se incorporen todos los convenios y tratados internacionales con jerarquía constitucional y aquellos ratificados por el gobierno argentino”.

Pero el activismo no quedó solo en la presentación de proyectos. “Tenemos una enorme capacidad organizativa de vincularnos, de trabajar juntas las estrategias para poder llegar a quienes deciden o a quienes tienen que redactar un proyecto. Nuestra experiencia organizativa para lograr la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo no se borró de nuestra memoria. Incluso hubo compañeras que estuvieron en la Reforma de 1994 y que nos trajeron su experiencia sobre cómo articular, sobre cómo realizar el cabildeo con los y las constituyentes”, dice Gutiérrez.

Agrega: “La diversidad sexual también tiene su camino en esto de visibilizarse y salir a la calle a pelear por derechos como la identidad de género, el matrimonio igualitario y organizarse activamente para salir a defenderse de las violencias”, valora.

La experiencia adquirida con los años fue volcada en las actividades de visibilización frente a la Legislatura y en el cabildeo. “En llamar, articular, pasarnos datos y opiniones, armar una grilla sobre con quiénes íbamos a hablar, qué compañeros y compañeras defensores de derechos son constituyentes y también con quienes no habíamos tenido ningún contacto, porque a veces los prejuicios nos juegan en contra. El diálogo con las y los constituyentes y la posibilidad de ser escuchadas fue un punto importante”, relata.

En el tramo definitivo, cuando se discuten los últimos dictámenes y el pleno se encamina a las sesiones finales, las activistas valoran el proceso: “Toda una comunidad se organizó, estuvo presente y se dio estrategias para que la Carta Magna de Santa Fe no se escriba con un lápiz con un solo color sino con un arcoíris diverso, propositivo y con avances en derechos”, grafica Gutiérrez.

Y agrega: “No está todo como queríamos pero hay logros muy importantes, como el de la Marcha de los Banquitos, que logró la palabra ‘intransferibilidad’ en relación a la Caja de Jubilaciones. Ahí también hay compañeras feministas. Las feministas están en todas las áreas: en el derecho a la ciudad, en el derecho al ambiente. Estamos en todas partes articulándonos, enlazadas para lograr una Constitución progresiva y no regresiva”.

“Toda una comunidad se organizó, estuvo presente y se dio estrategias para que la Carta Magna de Santa Fe no se escriba con un lápiz con un solo color sino con un arcoíris diverso, propositivo y con avances en derechos”

Della Siega reconoce: “Nos queda sabor a poco”. Al respecto, da un ejemplo: “Cuando ponen ‘procurar la paridad’, en lugar de ‘garantizar la paridad’, es muy tibio. Procurar es ver si puedo, garantizar implica una obligación por parte del Estado”.

Advierte que “este no es el momento político más favorable para todo el movimiento lesbotransfeminista”, pero valora que el movimiento haya hecho propuestas. Y culmina con una reflexión: “La perspectiva de género atraviesa todo: trabajo, educación, salud, vivienda, toda la vida cotidiana. La mirada feminista es necesaria y tenemos nuestras serias dudas de que esté realmente en esta Constitución. Pero seguiremos luchando. En una de las exposiciones decíamos que, desde el voto femenino hasta la paridad, nos tomó 100 años. Mirá si no estaremos acostumbradas a luchar. Seguiremos luchando y haciendo docencia, sobre todo”.


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Mariángeles Guerrero

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