En un contexto de desastre ambiental y sanitario, La Libertad Avanza desplegó -en lo que va de gestión- una batería de medidas que beneficia a los grandes popes del agro negocio. Pero los pueblos suman algunas victorias: en Pergamino, cuna del cáncer, la comunidad logró que la justicia rechace el pedido del gobierno local de levantar la medida cautelar que establece distancias para envenenar. A 13 años del histórico juicio de barrio Ituzaingó Anexo en Córdoba que dictaminó qué es delito fumigar, se abre una nueva posibilidad de juzgar a tres productores imputados por contaminación ambiental. La patria fumigada: radiografía del espanto, – y la lucha férrea-, a tres décadas del ingreso del modelo de monocultivo en territorio argentino.
Venimos viniendo del abdomen de los barrios, empapelados de promesas colgados del cable de la historia; (…) Del hacha de los campesinos corridos y fumigados como perros por la soja y su dinero venenoso. Como bandera de ahí venimos viniendo, la plaza es nuestra, el futuro lo pelearemos.
Duende Guernica
Quinientos ochenta millones de litros de químicos son pulverizados en nuestro país según las últimas cifras oficiales que datan de diciembre de 2024.
Quinientos ochenta millones de litros de una carga química compuesta por herbicidas, insecticidas y pesticidas entre otros compuestos altamente contaminantes. Un cóctel presente en el agua que tomamos, en los ríos, en la lluvia y también en nuestros cuerpos. Poco importan las distancias. Cada nuevo estudio refleja que hasta los vecinos de las ciudades, es decir, quienes viven en zonas urbanas y no necesariamente se dedican a la actividad agrícola, son, asimismo, alcanzados por los tóxicos. Y los llevan en sus cuerpos.
En medio de un desastre sanitario sin parangón, el gobierno de derecha de La Libertad Avanza (negacionista confeso del cambio climático) profundiza la entrega de los recursos naturales a partir del RIGI; extranjeriza las tierras, entregadas a capitales foráneos y aprueba una batería de medidas destinadas a favorecer a los grandes productores y pooles de siembra; los únicos que ganan con la política mileista. Las comunidades afectadas se multiplican a la par que la aprobación de agroquímicos usados para combatir las malezas en los cultivos. Son territorios atravesados por un patrón común de patologías y enfermedades que van desde afecciones respiratorias hasta abortos espontáneos, malformaciones, leucemia y cáncer.
En tan solo un año y medio de gestión, LLA determino la baja en los aranceles a tres de los agroquímicos más usados; la flexibilización en los requisitos para comercializar un número mayor de etiquetas y moléculas ligadas al glifosato, la atrazina y el 2, 4D; la liberalización en la aprobación del empleo de vehículos aéreos no tripulados (drones) para fumigar los campos; y el aceleramiento en la aprobación de eventos transgénicos –fueron 25 solo durante el año pasado, medida de la que se jactó el gobierno a través de un comunicado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca-; por citar algunos de los guiños a los popes de agro negocio. Los pueblos fumigados, -postales ineludibles de la contaminación que recorre el mapa de norte a sur-, continúan la lucha mientras se les va la vida en ello.
Será justicia. ¿Será justicia?
Esporádicamente, aquello que convenimos en llamar justicia les hace un guiño a las comunidades en lucha, silenciadas por la prensa hegemónica y el discurso unificado de que “lo ambiental” no es prioritario respecto de otras urgencias sociales. Días atrás, el Fiscal Federal General de Rosario Federico Reynares Solari volvió a ponerle un freno a la avanzada municipal en Pergamino que, en sintonía con el agro negocio, pedía el levantamiento de las zonas de exclusión para fumigar. Es la quinta vez -en clara connivencia con los productores agropecuarios – que el municipio pergaminense intenta socavar un histórico fallo que estableció en 2018 la prohibición de las fumigaciones terrestres a una distancia de 1.095 metros de los barrios aledaños, las aéreas en tres mil metros y el suministro de agua potable segura para la ciudad.
Esos números establecidos no fueron arbitrarios ni antojadizos. “Son números de la Ciencia Digna que proviene del grupo de trabajo de la Universidad de Rio Cuarto a cargo de la Dra. Delia Aiassa, para establecer una medida paliativa en la lucha por la sobrevivencia y la transformación de la agricultura. Una disputa legal cara a cara, alambrado de por medio, con los cuerpos expuestos a la afrenta de un modelo ecocida” señalan desde Naturaleza del Derecho, ONG ambientalista. El principio precautorio, aquel que reza que ante la posibilidad de daño grave e irreversible, la falta de certeza científica no debe usarse como razón para postergar o morigerar la adopción de medidas eficaces” presente en la Ley General del Ambiente fue un signo clave en la determinación de Reinares Solari, que indicó que levantar las cautelares sería vaciar de contenido la investigación efectuada, consolidándose el daño que precisamente se ha querido evitar. Asimismo, quedó establecida la fecha del juicio por el que tres productores serán juzgados por el delito de contaminación ambiental establecidos en la Ley de Residuos Peligrosos N° 24051.
Allí, como en Córdoba, las mujeres irrumpen con bravía, (aquella que les falta a los defensores de un modelo de muerte) los escenarios comunes de incredulidad y apatía social. En Pergamino, núcleo duro del agro negocio, Sabrina Ortiz (que padeció dos ACV isquémicos, un aborto espontáneo y cuya familia tiene daño genético provocado por los agro tóxicos), lleva adelante la querella contra estudio derecho para defenderse; a ella y su familia.
Pergamino tendrá a partir del 3 de diciembre próximo su propio Juicio a la Fumigación, cuyo antecesor notable es el histórico proceso llevado a cabo en Córdoba, a raíz del procesamiento a dos sojeros y un aeroaplicador por contaminación en el barrio Ituzaingo Anexo. En aquel entonces, las mujeres de un olvidado suburbio cordobés irrumpió en un escenario social adverso (los primeros relevamientos hechos por las vecinas datan de fines de 2001/principios de 2002, mientras tronaban las cacerolas en los rincones de las grandes ciudades y las imágenes de los saqueos a supermercados inundaban las pantallas de TV). La lucha de las Madres de Ituzaingo Anexo logró, a través del mantenimiento del reclamo ambiental, no solo que fuera posible la realización del primer juicio que sentenció que fumigar constituye delito sino expulsar a la multinacional Monsanto de su proyecto de creación de la planta procesadora de maíz transgénico en Malvinas Argentinas.
Darío Ávila, letrado de las madres, quien junto al neonatologo Merardo Ávila Vázquez,- se puso la causa al hombro, recuerda las complicaciones desde el principio, en una causa que estuvo a punto de caer. “Lo vi desde un principio: era toda una sociedad que reclamaba; no podía ser que la justicia se cerrara a la evidencia. Más allá del resultado necesitaba llevar la causa a juicio. Mi leit motiv fue sentar precedente, que por primera vez se discutiera el modelo de agro-negocio y fue lo que ocurrió. Acá se utilizaron productos químicos que, a pesar de estar avalados y promovidos por el Estado, tenemos acreditados que son todos tóxicos; eso dice el fallo. También que cuando se liberan al ambiente son incontrolables porque actúan los factores climáticos que hacen que la actividad sea incontrolable. Y que, a su vez, esa contaminación produce un riesgo para la salud de la población. Eso la justicia lo pudo decir. Que fumigar constituye delito. Ellos podrían haber traído toda la bibliografía de Monsanto y no lo hicieron; porque no está, no es evidencia científica. Trajeron en cambio al presidente de la Cámara Argentina de Aero Aplicadores. No pudieron determinar con evidencia científica que el glifosato no queda en el ambiente. Los ingenieros agrónomos no pudieron determinar las mentiras que siguen diciendo hasta hoy”.
El juicio cordobés no solo sentó precedente jurídico (mas allá de lo penoso y escaso que resulto la condena no efectiva a tres años) sino que, como nunca antes, pateó el tablero, garantizando la evidencia empírica a partir de una amalgama de saberes interdisciplinarios que demostraron las irrefutables muestras de la toxicidad de los venenos usados en los campos y sus consecuencias para la salud humana y el ambiente. Por las audiencias, pasaron, entre otros, desde Andrés Carrasco, biólogo molecular del CONICET que comprobó la letalidad del glifosato, herbicida pilar del modelo, hasta Marcos Tomasoni que evidenció la volatilidad de los químicos. Tomasoni,, ingeniero químico y ex trabajador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Manfredi, brindó testimonio acerca de un estudio que realizó en el que demuestra los distintos tipos de deriva de los químicos empleados en las pulverizaciones, aquellas porciones de venenos que no dan en el blanco, es decir, los cultivos para los que fueron creados.
Hasta en la sopa
Exaltación de la Cruz, comunidad integrante de la ruta de la miel bonaerense a doscientos kilómetros al norte de Buenos Aires, se presenta como el típico pueblo rural que irradia verde y bienestar natural. Uno creería que es una opción ideal para escapar de la rutina enloquecedora de la gran urbe.
En la superficie de mi parque hay residuos de diez agro tóxicos, lo que demuestra algo que no necesitaría seguir siendo demostrado y es que los plaguicidas altamente peligrosos que se pulverizan en los campos migran, se trasladan”
“Mi casa está en zona urbana, alejada de los cultivos y aun así tiene agro tóxicos, la mitad del municipio de Exaltación de la Cruz es fumigado y eso impacta en todo el territorio. Estoy alejada de los campos, no los veo ni veo las máquinas. En ese verde de mi parque que sigue siendo bonito tengo el resultado de una pericia que forma parte de una causa judicial por el posible atentado contra el ambiente y la salud. En la superficie de mi parque hay residuos de diez agro tóxicos, lo que demuestra algo que no necesitaría seguir siendo demostrado y es que los plaguicidas altamente peligrosos que se pulverizan en los campos migran, se trasladan”, señala Anabel Pomar, periodista ambiental y vecina fumigada, en diálogo con Enredando.
En el patio de Anabel se hallaron, entre otros compuestos, moléculas que responden a principios activos de herbicidas como el glifosato (declarado probable cancerígeno para humanos por la Agencia Internacional del Cáncer en 2015, hecho desestimado por el SENASA) y su metabolito AMPA, tanto o más contaminante que el glifosato y atrazina, prohibido en la Unión Europea, generador de trastornos reproductivos.
En 2018, Pomar escribió acerca de los Monsanto Papers, la serie de documentos desclasificados que permitió condenar a la corporación por el ocultamiento de los peligros del glifosato. También cubrió el proyecto Sprint, censurado por el Estado nacional.
“Pude publicar gracias a las propias personas que participaron del proyecto, que viven en el sudeste bonaerense. Publicamos los resultados que fueron censurados y cubrí la presentación oficial que se hizo en Nueva York, Estados Unidos, en inglés y a través de teleconferencia. Muchos de los participantes compartieron los resultados de los estudios del proyecto cuya difusión fue censurada por el INTA, o sea que a nivel institucional ni siquiera participaba Argentina. El Sprint estaba previsto que se realizaría en cinco años, organizado por un consorcio de países de la Unión Europea y diseñado para relevar la situación sanitaria y políticas de reducción de los plaguicidas. Decidieron incluir a Argentina (único país por fuera de la UE que fue parte) porque ellos consumen granos y animales que van desde acá. Tenemos una vez más pruebas y evidencias del grado de contaminación que tienen tanto las matrices ambientales como las personas, no es la primera vez que hay un relevamiento de ese nivel pero hay más pruebas, yo suelo repetirme con una frase que es; no faltan pruebas”.
Al margen del blindaje del INTA, ningún otro organismo institucional requirió los resultados. “A los intervinientes, los voluntarios que llevaban en una pulserita que medía las sustancias con las que estaban en contacto en su vida diaria, además de los análisis de orina y materia fecal, les entregaron resultados muy duros, alarmantes. Nadie les dijo que hacer con eso. Muchos de ellos decidieron fue darlos a conocer, por eso se pudo conocer”, precisa Anabel.
A instancias del colectivo pacífico de resistencia Exaltación Salud, en 2021, los resultados de los análisis de agua que los vecinos solicitaron a la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) dieron altos índices de contaminación en las napas de agua, tanto en Cardales como Capilla del Señor. “Lo que no hacemos las comunidades afectadas es naturalizar el desastre”, explica Pomar. “La introducción de la soja transgénica con el glifosato es del 96, con la que se da un desarrollo exponencial del agro negocio pero el uso de agroquímicos es anterior, con venenos persistentes que se siguen encontrando hasta hoy, mayormente los órgano-clorados. Esto se sabe, las comunidades lo que no hacen es naturalizarlo tal vez porque somos quienes ponemos los muertos, los enfermos y los muertos. Hay una situación de mucha perversión, que hace que las personas que ponen sus cuerpos, víctimas del modelo que se considera exitoso, son las únicas que tienen que salir a decir algo, a comprobar algo; es perverso. En muchos casos se da desde lo institucional una participación activa en la profundización de este descalabro, por omisión, y en otros casos, es: se necesitan esos dólares, hay que desarrollarse y nadie lo puede poner en cuestión, pero pruebas, sobran. Qué hacemos, cómo hacemos para alimentar al mundo – una gran falacia en la que se basa el modelo- cómo haríamos para cultivar. Y te lo preguntan a vos; te piden la solución a vos que te estás enfermando, tus vecinos están enfermando, tus familiares están muriendo. Ese mecanismo te liquida, tenés que demostrar lo que ya está demostrado por la ciencia, tenés que demostrar que lo tenés en el cuerpo, (cuando existe el principio precautorio). Qué van a esperar ¿que todos estemos enfermos?. Me lo vienen diciendo desde hace tanto. ¿Cuántas muertes fueron acreditadas en el expediente del caso Ituzaingo? Cerca de doscientas. ¿Dónde está el responsable o los responsables de esas muertes, dónde está la justicia para esas víctimas y los familiares de esas víctimas?. Las Madres de Ituzaingo Anexo marcaron el camino para el resto de las poblaciones fumigadas, de cómo había que moverse y sublevarse, de qué había que hacer. Siguen siendo para mí un recordatorio de la impunidad reinante que hay en este país”, cuestiona la comunicadora ambiental.
Somos quienes ponemos los muertos, los enfermos y los muertos. Hay una situación de mucha perversión, que hace que las personas que ponen sus cuerpos, víctimas del modelo que se considera exitoso, son las únicas que tienen que salir a decir algo, a comprobar algo; es perverso.
Los territorios crujen y las comunidades en lucha, en tanto, insisten en la porfía digna y la conciencia plena de seguir encarando una batalla tan cruenta como desigual, una lucha que defienda y sostenga la vida, que ayude a perforar el muro de contención del agro negocio.