La Cordi Orgullo Rosario nació como un espacio multisectorial con el objetivo de llevar las reivindicaciones y reclamos de la comunidad LGTBIQ+ a las calles. A casi 10 años de su fundación, y con una adhesión creciente, Enredando fue al rescate de algunos hitos que marcaron el pulso de sus primeros años.
“Yo doy abrazos de mamá orgullosa”, dice Roxana mientras se prepara para marchar con su hijo, su novio y algunas amigas. En la esquina de Mitre y Pasco las carrozas calientan motores y el grupo se funde con otras cuerpas bañadas en glitter; abundan las remeras de red, los suspensores de cuero y las banderas con los colores azul, rosa y blanco que representan a la comunidad trans, cada vez más numerosa y estridente. En esta edición, el Orgullo en Rosario estuvo teñido de antifascismo, recogiendo el espíritu de las movilizaciones masivas que protagonizaron las disidencias en febrero de este año tras el discurso del presidente Javier Milei en Davos cuando trató de asociar pedófilia con diversidad.
Los datos oficiales hablan de 150 mil personas, un verdadero récord para la historia de una ciudad pionera en alojar las luchas del colectivo LGTBIQ+. En los años 90’ la primera marcha gay, lésbica y trans la encabezaron figuras emblemáticas del activismo como Lohana Berkins, Carlos Jauregui y el rosarino Guillermo Lovagnini en el marco del primer encuentro de organizaciones de la diversidad sexual que tuvo lugar en el ex centro cultural Bernardino Rivadavia, hoy Fontanarrosa. Con los años, las marchas del orgullo fueron cobrando relevancia y protagonismo en la historia social de Rosario, especialmente tras la aprobación de la ley de matrimonio igualitario con el nacimiento de la primera comisión organizadora.
Las disidencias se organizan
Aunque no existe una fecha precisa de fundación, distintos testimonios coinciden en señalar que un prototipo de la Coordi Orgullo Rosario, sin ese nombre, ya funcionaba como articuladora de la marchas hacia el año 2011. Previamente, la Asociación Civil VOX era la organizadora principal de las convocatorias públicas que generalmente se realizaban en plazas o teatros. Pero a partir de ese año la diversidad sexual ganó las calles impulsada por los avances en el congreso nacional; aún se peleaba por la aprobación de la ley de identidad de género que llegó un año más tarde, en el 2012, con un consenso unánime por parte de las fuerzas políticas y de gran parte de la sociedad.
Con algunas intermitencias, en los años siguientes la denominación Orgullo Rosario se mantuvo como espacio transversal impulsando las principales actividades a caballo de las conquistas más significativas logradas en el orden nacional. Únicamente en el 2014, y por razones climáticas, se suspendió la movilización y en contrapartida se realizó un acto en el bar Chavela, epicentro de las reuniones organizativas. Esa noche Susy Shock y Karen Bennett interpretaron parte del repertorio que habitualmente ofrecían en los míticos Poemarios Transpirados de Casa Brandon, y se leyó el documento oficial ante un importante número de asistentes.
El año 2015 marcó un punto de inflexión en la identidad política del espacio. Con el advenimiento de las elecciones, la consigna “Amor Sí, Macri No” en relación a la candidatura del ahora ex presidente Mauricio Macri, reconfiguró el escenario haciendo explícito el rechazo a la restauración conservadora. Para muchas de sus integrantes, este fue un momento de maduración política: la defensa de los derechos LGBTBIQ+ se inscribía ahora dentro de una lectura más amplia de las disputas sociales, entendiendo que las problemáticas del colectivo estaban atravesadas por un contexto económico, cultural y político más complejo. Muchos de sus miembros, de forma independiente o a través de las organizaciones en las que militaban, se sumaron a las actividades de campaña en favor del candidato peronista Daniel Scioli, especialmente durante la etapa de ballotage.
Nace la Coordi Orgullo Rosario
Diversas voces refieren que el 2016 fue el año donde se registró un crecimiento exponencial del espacio y donde se adoptó de manera definitiva el nombre de Coordi Orgullo Rosario; las reuniones comenzaron a tener mayor frecuencia y se volvieron abiertas al público en general. En paralelo, algunos de sus militantes se sumaron al paro nacional convocado por ATE, en una de las primeras movilizaciones masivas contra el macrismo. Allí se sumó la consigna “Más traVajo. Cupo laboral trans”, lo cual generó visibilidad y ayudó a poner en agenda el reclamo de inclusión laboral para personas trans y travestis en contextos de pobreza estructural.
También ese año hubo un acercamiento con el feminismo a partir del primer “Ni Una Menos”, realizado de manera simultánea en todo el país en respuesta al femicidio de Chiara Paez ocurrido en la localidad de Rufino. En esa oportunidad se adoptó el lema “Ni una menxs” con X, para visibilizar los crímenes de odio, y especialmente los travesticidios y transfemicidios: un año antes, la ferocidad del crimen de Diana Sacayán sacudió al colectivo LGTBIQ+. Aunque esta confluencia no estuvo exenta de tensiones en relación a la marginación de las personas trans dentro de algunas corrientes del feminismo, la unificación de las consignas marcó el inicio de una etapa de mayor articulación y nuevas alianzas.
Simultáneamente, la Cordi Orgullo Rosario también fue protagonista en la lucha por el cupo laboral travesti-trans y acompañó el debate y la unificación de proyectos que derivaron en la sanción de la ordenanza en Rosario que fue votada positivamente por el peronismo y por el entonces oficialismo local en manos del Partido Socialista, y rechazado por los concejales del PRO. Esta participación reflejó la capacidad para incidir en la agenda legislativa, articulando con movimientos sociales y partidos políticos, y sentó las bases para futuras conquistas como el cupo laboral en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y a nivel provincial algunos años más tarde.
La iglesia no quiere marchas
En el 2017 se produjo un fuerte cruce entre la comisión organizadora del Orgullo Rosario y sectores de la Iglesia Católica, luego de que la fecha coincidiera con el 7 de octubre, día de la Virgen del Rosario y considerado también como el día de la ciudad. Desde el arzobispado se impulsó una campaña para que el Concejo Municipal retirara la declaración de interés a la marcha y pretendían también modificar la fecha y el recorrido, dado que la manifestación en su tramo final pasaba por la esquina de la catedral. La jerarquía eclesial intimó públicamente a las autoridades y se expresó en distintos medios de comunicación en tono confrontativo.
Pese a las presiones, la marcha se desarrolló con normalidad y sin incidentes, aunque se implementaron medidas de seguridad excepcionales como la colocación de vallas frente al edificio religioso emplazado en el casco histórico. El episodio marcó un punto de inflexión: desde entonces la convocatoria aumentó su caudal de manera sostenida. Algunas memoriosas refieren que el escándalo traspasó las fronteras de la ciudad por la amplia cobertura mediática y aumentó el interés por participar; también las fotos de aquella jornada resultaron decisivas para desactivar el conflicto. Mientras la procesión religiosa tuvo una asistencia moderada, la marcha del orgullo logró convocar por primera vez a decenas de miles.

¿Quién mató a Pamela Tabares?
El 26 de julio del 2017, Pamela Tabares, una travesti de 36 años apareció asesinada en un camino rural de la ciudad de Perez. El travesticidio marcó otro punto de quiebre para la militancia local. En aquel entonces, la organización Comunidad Travesti Trans se puso al frente de las marchas para pedir justicia; se recuerda especialmente la jornada en la que Michella Vargas Lobos, megáfono en mano, increpó a funcionarios políticos en un acto realizado en las puertas de la fiscalía provincial. Aquella mañana después de la protesta, una caravana encabezada por las amigas de Pamela marchó hasta el velorio que se realizaba a unas pocas cuadras de allí.
Desde la Subsecretaría de Diversidad Sexual, a cargo de Esteban Paulón en aquellos años, se propuso que el Estado se presente como querellante en la causa y hasta se barajó la posibilidad de que la Coordi, en representación de las organizaciones LGTBIQ+, siga el mismo camino. Por diversos motivos, internos y externos, esa propuesta se diluyó con el paso del tiempo, así como también la investigación para dar con los responsables del crimen. Pese a que lograron identificar el auto en el que Pamela fue vista con vida por última vez, a 8 años del crimen la investigación cayó en un abismo. “Tengo casi 40 años y todavía no empecé a vivir”, le dijo la joven a Michelle Mendoza unos meses antes de morir.
Orgullo con base popular
A lo largo de los años, la Cordi Orgullo Rosario supo articular con sindicatos, movimientos sociales, espacios culturales y organizaciones feministas. También fue semillero para el activismo: más allá de la participación de experimentados militantes que reportaban orgánicamente a diversas estructuras partidarias, muchos independientes se sumaron a sus filas convocados por la necesidad de participar activamente en la lucha por los derechos de la comunidad. También ha logrado mantener cierta autonomía en un contexto político cada vez más fragmentado.
Desde aquellos primeros pasos hasta hoy, la Coordi logró consolidarse como una referencia ineludible del activismo disidente rosarino. No exenta de tensiones, cambios y discusiones con las nuevas generaciones, el espacio ha sostenido una agenda política con impronta territorial, transfeminista y también con un sesgo anti capitalista, pese al creciente proceso de mercantilización que invade las marchas LGTBIQ+ en algunas ciudades del país con el desembarco de marcas y empresas que patrocinan el orgullo.
Estas líneas no pretenden convertirse en la historia oficial y tampoco abarcan la totalidad de los hechos y personajes involucrados en el nacimiento de un movimiento plural, contradictorio y en permanente transformación, pero sí buscan recuperar algunas pinceladas de los orígenes que dieron lugar a uno de los espacios más vibrantes de la ciudad. En los años que siguen a la temporalidad que comprende esta crónica, la comisión organizadora se enfrentó a desafíos mayúsculos como la debacle del macrismo, el ascenso de otro gobierno popular, la discusión por el aborto, los tiempos pandémicos, y la llegada al poder de la extrema derecha encarnada en la figura de Javier Milei.
Para sorpresa de las más antiguas, la nueva composición de la Coordi se enfrentó en los últimos tiempos al intento de desembarco de jóvenes identificados con el PRO, el partido fundado por Mauricio Macri cuyas posiciones adversas al colectivo LGTBIQ+ avivaron la llama de la lucha en los inicios de la Coordi. Pero esa es una historia cuyo desenlace aún no está escrito.