La perito Virginia Creimer, que el pasado miércoles brindó testimonio en el marco del juicio por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura que se lleva adelante en la ciudad, recibió un mensaje mafioso: dejaron un cuchillo ensangrentado en la puerta de su casa.
Por redacciónrosario.com
Creimer declaró el miércoles pasado en el marco del juicio oral y público por el secuestro, las torturas y los homicidios de Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi.En la audiencia en los tribunales federales de Rosario, la perito había analizado los documentos forenses realizados en aquel momento (mayo de 1983), con los cuales desde su óptica se puede confrontar la versión oficial construida por los represores –ahora acusados–, que pretendió instalar la idea de que Cambiaso y Pereyra Rossi habían muerto en un enfrentamiento.
“Estoy cansada de que me amenacen, cada vez que tengo un juicio en el que la historia Argentina busca la verdad y la Justicia”, escribió este domingo en su cuenta de Facebook, tras recibir un cuchillo lleno de sangre como mensaje intimidatorio.
“Sí , iba a guardar silencio por las víctimas, por las instituciones. Pero mis hijos son más sabios que yo. No guardo más silencio, no perdono ni olvido”, posteó la perito, que recordó sus “treinta años de militancia” y el acompañamiento de sus “tres hijos de hierro” y “un marido incondicional”.
Además, Creimer publicó un texto que escribió su hija Maru, que a continuación se reproduce.
Carta de Maru hoy al despertarse.
Domingo 6 de septiembre, 8.22hs.
Salto de la cama y ya caigo corriendo hacia el baño. Las ganas de vomitar son inminentes.
Ayer nos dejaron un cuchillo en la puerta. Uno de carnicero. Un cuchillo con sangre.
Mi cuerpo hace con todas sus fuerzas, el intento de sacar algo que traigo dentro.
Mamá ultimamente la pasó mal, y con ella, todos nos volvimos de acero para sostenerla.
Mamá se siente cansada de luchar.
Las arcadas me dan ganas de llorar. Sé bien lo que mi cuerpo ya no tolera.
Mis hermanxs se ríen del suceso del cuchillo. Estamos acostumbrados a las amenazas.
El Estado, para el que mamá dedico su vida, carrera y militancia no hizo todo lo posible por protegernos.
Mamá nos dijo que no podemos hablar.
Que es peligroso.
Voy a vomitarlo. Mi cuerpo se estremece.
Pienso. en todos lxs pibes que nos mataron, que mamá defendió.
En las chicas que nos violaron y dejaron tiradas como un desecho.
En todos los pobres que nos mató la policía.
Mamá dice que si no nos callamos, nos van a matar.
Vomité.
Lloro.
Mi corazón ahora, toma el lugar. Se estremece.
Pienso en todas las madres que temieron por sus hijxs, todas esas madres por la que mi vieja luchó sin titubear.
El Estado hipócrita y mentiroso, le soltó la mano una vez más. Mamá no sólo tiene que luchar contra el enemigo, pues quien tuviera que
defenderla por su arriesgado trabajo, no lo hace.
Hecha un nudo lloro en el piso frío.
Y de pronto pienso, me cansé.
Me cansé de que le suelten la mano.
Pero me levanto.
Mamá nos enseñó dos cosas: a no traicionar nuestros principios ni venderlos, y a levantarnos.
Me levanto cien veces.
Me levanto porque mi mamá va a salir a luchar otra vez.
Limpio un poco.
Me lavo la cara.
Sin dejar de llorar, noto que ya no tengo miedo.
Aunque nunca nadie lo sepa.
Aunque nunca nadie nos proteja.
Aunque nunca nadie se lo agradezca.
Aunque la maten haciéndolo.
Mamá va a pelear por todxs.
Y nosotrxs vamos a pelear por ella.
Por Cambiaso y Pereyra Rossi.
Por Arruga.
Por Garrido.
Por Ferrón, Bina y Forza.
Por Mara Matheu.
Por Cristian Lopez Toledo.
Por las madres y abuelas de la Plaza.
Por las madres y los padres de hierro.
Por cada pibe y piba, en cada cárcel del país.
Por cada hombre y mujer que suicida la policía.
Por cada niño y niña víctima de abuso sexual.
Así nos callen, así nos suelten la mano.
Así nos sigan llamando para decirnos que nos van a matar.
Así nos rompan los autos, nos descuarticen a los perros.
Así nos maten.
Ni un paso atrás!
Te amo, Mamá!