Sobran los motivos para parar este mundo horrible. En Argentina, se comete un femicidio cada 18 horas, pero además, las políticas de ajuste económico afectan especialmente a las mujeres. Este 8 de marzo de 2017 será un día histórico en la larga lucha del feminismo a nivel mundial. El Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans se realizará en más 40 países. Paramos para que tiemble la tierra, paramos para cambiarlo todo.
Por María Cruz Ciarniello
Foto: Gabby De Cicco
“Creo que los Encuentros Nacionales de Mujeres en Rosario marcan un punto de inflexión. Son un quiebre”, sostiene Mabel Gabarra, histórica militante feminista del movimiento de mujeres en Rosario. Se refiere a lo que fue el 31 Encuentro Nacional que tuvo lugar en nuestra ciudad: más de 70 mil mujeres salimos a las calles durante tres días, debatimos, articulamos, creamos redes, potenciamos nuestra autonomía, nos empoderamos.
Pero también el quiebre lo representa el grito de hartazgo que explosionó, lleno de dolor, el 3 de junio de 2015. Ni Una Menos, dijimos. Los femicidios continuaron y la crueldad fue en aumento. Uno cada 18 horas dicen los fríos números que cuentan los asesinatos de mujeres por el solo hecho de serlo.
El brutal femicidio de Lucía nos dolió en el cuerpo entero. Porque son los nuestros, nuestros cuerpos, los que se mutilan, se violan, se desaparecen, se matan. Nuestros.
Por eso el reclamo, tan diverso como múltiple, es por la autonomía en todas sus dimensiones.
El feminismo en nuestro país crece y se potencia en las calles con gran dinamismo. Mujeres, lesbianas, bisexuales, trans, travestis, articulamos y nos entrelazamos en acciones que convocan a miles en todo el país. El primer paro nacional fue el 19 de octubre de 2016. Este 8 de marzo será histórico. Vamos camino al Paro Internacional de Mujeres en más de 40 países del mundo.
¿Y por qué paramos? Paramos para detener este horrible mundo. Paramos para que la tierra tiemble. Paramos para cambiarlo todo.
Hablamos de la precarización laboral; del desempleo, de las tareas invisibles del hogar, de la falta de autonomía económica, de la paridad de género. Hablamos de nuestro deseo, de querernos vivas que es también querernos libres.
“En un momento exigíamos el voto, hoy exigimos la paridad. Creo que estamos creciendo enormemente, y cada día son más las mujeres que salen a las calles a reclamar por sus derechos”, señala Mabel. Hablar, por ejemplo, de la falta de autonomía económica de muchas mujeres que a su vez, sufren violencia machista en sus hogares, implica también resignificar el paro en un contexto de ajuste económico que lleva adelante un gobierno nacional como el de Mauricio Macri. Por eso el grito del colectivo Ni Una Menos es contundente: “Con Macri nunca habrá Ni Una Menos”. Así lo demuestra, por ejemplo, el recorte de 67 millones de pesos al presupuesto del Concejo Nacional de La Mujer que, frente a las críticas y el accionar de organizaciones de mujeres – el gobierno tuvo que rectificar.
Algunos datos: las mujeres ganamos un 27 % menos que los varones, y esa brecha alcanza un 40 % entre las trabajadoras no registradas. mientras el desempleo promedio en Argentina es del 9,3 %, para las mujeres crece hasta el 10,5 % y se duplica entre las menores de 30 años. Las mujeres realizamos el 76% del trabajo en el hogar y de las tareas de cuidado no remunerados, un elemento esencial de la división sexual del trabajo propia del patriarcado, que no tiene visibilidad ni reconocimiento y sin el cual el sistema productivo sería insostenible.
Para Gabarra, “estamos retrocediendo escandalosamente, con una tasa del desempleo muy alta y todavía no hemos terminado en los retrocesos, por eso es importante salir a enfrentar estas políticas, porque sino le ponemos el cuerpo a la protesta queda invisible este descontento. Las políticas de ajuste afectan especialmente a las mujeres, nosotras tenemos el cuidado de los hijos, las tareas del hogar, cuando nos separamos nosotras estamos a cargo de todas las necesidades y a nivel empleo somos las mas precarizadas, tenemos menos posibilidades de acceder a empleos mejor remunerados”.
María José Poncino, feminista e integrante del Frente de Mujeres del Movimiento Evita también opina que “el paro es una herramienta de expresión ante las demandas urgentes que venimos padeciendo las mujeres. No solo en el marco de las violencias sino también ante la emergencia económica y la autonomía económica de las mujeres y autónoma de los cuerpos”. Por eso, dice, “interpelamos a las mujeres no solo sindicalizadas sino también de la economía popular, del trabajo doméstico que no está reconocido y no remunerado y que también cumple un rol fundamental en la economía del país”.
Susana Chiarotti de Cladem e Insgenar sostiene que en este paro “se han unido todas las convocatorias. Sin embargo, “todavía no es todo lo que quisiéramos”, reflexiona. “Quisiéramos un paro donde todas las mujeres se crucen de brazos un día, entonces el mundo se va a dar cuenta del aporte que hacemos, ya sea que este pago o no pago, formal o no formal, en la casa, en el trabajo, en los hospitales, barriendo, limpiando, haciendo la comida, todo lo que llamamos tareas de cuidado, eso seria importante. Que las mujeres en los barrios se sumen aunque sea 15 minutos.” La destacada referente feminista y abogada, también señala con entusiasmo el gran dinamismo del movimiento de mujeres, y la gran cantidad de jóvenes que se suman a marchar en cada movilización. “Miles de chicas que no estan en partidos políticos ni organizaciones feministas se suman y van más allá. He visto carteles y reclamos en las pancartas de muchas chicas que no están institucionalizadas que me hace acordar a las anarquistas del siglo pasado. Ni Dios, ni patrón, ni marido, por ejemplo, con esa misma fuerza. Son consignas maravillosas, y son jóvenes la mayoría menores de 30 años y le dan una fuerza increible al movimiento y estoy muy contenta por ello”.
Y en los barrios, en Ludueña por ejemplo, el domingo durante el Carnaval Cumple de Pocho, se llevo a cabo un Taller de Género, con jóvenes y mujeres de todas las edades. Allí estuvo presente Claudia Korol de Pañuelos en Rebeldía. “Me gusta decir que el paro que las centrales sindicales no terminaron de acordar, lo hicimos las mujeres el 19 de octubre. Y claro que hay corrientes, pero lo que predomina es una gran indignación colectiva, y sí hay un desafío muy grande, que después de visibilizar estas violencias hay que organizar la resistencia”, dice Claudia y finaliza: “Para mí es importantísimo el paro, y es importante todo el proceso que venimos construyendo. Creo que es la visibilización de un nivel de conciencia de las mujeres que nos desbordó a todos los grupos feministas, a todas las organizaciones de mujeres, que nadie puede reivindicar que lo creó sino que fue un ya basta de las mujeres colectivo que tiene la dimensión del nunca más. Eso fue el primer Ni una menos, el segundo Ni una menos, y eso fue el paro nacional de mujeres el 19 de octubre, donde ni la tormenta nos paraba. Que esto se haya podido articular a nivel mundial, habla de algo nuevo que es la posibilidad de un nuevo internacionalismo de las mujeres y que creo que es otro aporte del feminismo que necesariamente tiene que ser internacionalista para pensar todas las dimensiones de la lucha y no como una lucha aislada o sectorial, contra un sistema patriarcal que es mundial.”
El documento unificado de la marcha que en Rosario partirá a las 18 horas desde la plaza San Martín hasta el Monumento a la Bandera, suma muchas de estas consignas que son banderas de lucha.
El reclamo es por el aborto legal, seguro y gratuito, la ley de paridad de género, el cumplimiento efectivo de la Ley de Educación Sexual Integral y que se garantice el Parto Respeto, la derogación de los códigos contravencionales o de faltas que criminalizan y discriminan a las personas que se prostituyen y a las identidades de género no hegemónicas, el repudio a la violencia simbólica que ejercen los medios de comunicación y las agencias de publicidad, que perpetúa estereotipos de género, clase, raza y orientación sexual, exigir la inmediata libertad a Milagro Sala, detenida ilegalmente desde hace más de 1 año y el repudio a toda criminalización de la protesta, la sanción de la Ley Brisa y la exigencia a la asistencia integral, obra social y reparación económica para las hijas e hijos menores de edad de las mujeres asesinadas en contexto de violencia de género, la igualdad de derecho en el acceso a la tierra para vivir y trabajar, por la continuidad de la moratoria provisional conocida como «jubilación para amas de casa», porque el 80 % de las personas beneficiadas son mujeres, garantizar el presupuesto necesario para el real cumplimiento de la Ley de Protección Integral para prevenir sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, entra muchas otras razones.
Por todo esto, Nosotras Paramos este 8 de marzo.
Paramos para cambiarlo todo.
Paramos para que la tierra, y el aire, tiemble.
Paramos porque sabemos que este mundo, así como está, es horrible.
Paramos porque nos queremos vivas.
Paramos porque querernos vivas es querernos libres, deseantes, autónomas, empoderadas.
Paramos porque queremos que las leyes que protejen y contemplan nuestros derechos se cumplan.
Paramos porque entendemos que ante tanta crueldad, la respuesta es construir más feminismo. Más poder popular en las calles, en las asambleas multiplicadas, en el trabajo, en el hogar, en nuestras camas.
Paramos para frenar la violencia machista en todas sus formas.
Paramos porque las políticas de ajuste nos afectan especialmente;
Paramos porque no queremos ni una sola muerta más por abortos clandestinos.
Paramos este 8 de marzo en todo el mundo.