Ante la falta de políticas estatales para garantizar la protección de niñas, niños y adolescentes, hace más de dos años se formó la Red Noroeste por los Derechos de las Infancias y Adolescencias, que junto al Colegio de Psicólogas y Psicólogos y la Mesa de Trabajadores, activistas, instituciones y organizaciones publicó un documento que es un piso de diagnóstico y medidas urgentes. Las infancias no pueden esperar.
Foto principal: Mariana Terrile
Tenemos que hablar de infancias y adolescencias: en Rosario, donde niñas y niños han pasado meses, a veces más de un año internadxs en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela o el Zona Norte mientras las autoridades de distintas áreas lxs revictimizan o calculan si es “un problema” del área de Salud Mental, de Discapacidad o de Niñez.
En Rosario, donde muchos niños de los barrios populares son reclutados como “soldaditos” y sometidos a condiciones de esclavitud, y luego criminalizados por aquello que fueron obligados a hacer.
En Rosario, donde el video de un niño (sí, un niño) de quince años disparando a un trabajador se ha viralizado como un loop, para promover el castigo antes que la protección.
En Rosario, donde trabajadores de los centros de salud deben decirles a sus pacientes que no cuentan con los medicamentos que antes sí podían brindarles, porque “no hay plata”, siempre para los mismos.
En Rosario, donde docentes de escuelas secundarias piden a gritos que les manden raciones de comedor porque sus alumnxs se desmayan de hambre. Así lo contó Claudia Saldaña, de la escuela técnica 660 de Empalme Graneros.
“Tenemos que hablar de infancias y adolescencias” es el título de la publicación de la Red Noroeste por los Derechos de las Infancias y Adolescencias que da cuenta de la urgencia: organizaciones sociales, sindicales, colegios profesionales, personal de salud, trabajadores de distintas áreas estatales, docentes, saben de qué se trata el abandono del Estado a amplias franjas de la población.
Según el Barómetro de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, en la Argentina el 62,3 por ciento de niñas, niños y adolescentes vive en situación de pobreza y el 16,2 bajo la línea de indigencia (los ingresos de su grupo familiar no alcanzan a cubrir los alimentos requeridos para la subsistencia).
Los números gritan, pero no cuentan historias: el 32,2 por ciento de las personas menores de 18 años en la Argentina sufren esa inseguridad de la que poco se habla, la inseguridad alimentaria. Unicef lo puso en términos muy concretos: un millón de niñas y niños van a dormir sin cenar, mientras un millón y medio se saltean al menos una comida por día.
Sin ese piso básico, el resto de los derechos son papel picado: salud, educación, vivienda, recreación.
“Tenemos que hablar de infancias y adolescencias” es un grito ante la ausencia de esas políticas de protección integral previstas en la Convención Internacional por los Derechos del Niño, la ley nacional 26061 y la ley provincial 12.967.
Tejer Red
El 5 de marzo de 2022, el asesinato de Maxi Jerez, de 11 años, en el barrio Los Pumitas, desplegó el horror que atraviesan las infancias en distintos barrios de la ciudad. Ese mazazo fue el puntapié para la creación de la Red, que junto a la Mesa de Trabajadores, Activistas, Instituciones y Organizaciones comprometidas por los Derechos de las Infancias y Adolescencias de Rosario y el Colegio de Psicólogas y Psicólogos se reúnen hace más de dos años.
“La Red Noroeste se junta y empieza a pensar en disparar algunas cuestiones sobre los derechos de les niñes después de lo que considero una bisagra, que fue el asesinato de Maxi Jerez, del barrio Los Pumitas. A todos nos conmovió tanto ese horror, y en verdad no era el primer niño que moría siendo víctima de una situación de inseguridad, lo digo así como si la inseguridad fueran solo las balas, pero es para nombrar de alguna manera lo que es muy difícil de nombrar”, dice Andrea Montaner, directora del centro de salud Ceferino Namuncurá, del barrio Stella Maris.
Se formó así un entramado de personas e instituciones que se rebelan ante la impotencia del Estado, a la falta de respuestas, al “no hay plata” que siempre recorta para el mismo lado, en una ciudad que aloja el complejo portuario por el que pasa el 80 por ciento de la cosecha de granos del país.
“Los equipos de salud empezamos a pensar que la realidad de las infancias trascendía al área, si bien la contenía, y convocamos a las organizaciones que, por suerte en este distrito, son muchas las que laburan en pos de construir un poco de justicia social todos los días”, continúa la médica.
En esos encuentros, se empezó a tejer. “Después nos dimos cuenta de que no estábamos soles en este modo de construcción y que había otros que estaban pensando en otro lado, y pudimos incluirnos en la mesa del Colegio (de Psicólogas y Psicólogos), y empezaron a participar los compañeros de la Colectiva, que en su mayoría son trabajadores de la Dirección Provincial de Niñez, son trabajadores que quieren hacer otra cosa, que no se resignan a lo que está pasando, y que quieren transformar la realidad desde su lugar, y me parece que es lo que queremos casi todes quienes nos sentamos en estas mesas. Es una buena manera de sostenerse a flote en estos momentos”.
Montaner considera que “armar comunidad en relación a la crisis que atraviesa el sistema de protección de niños, niñas y adolescentes es una manera de construir futuro y de empezar a construir la esperanza”.
“No tenemos más tiempo”
La publicación “Tenemos que hablar de infancias y adolescencias” se presentó el 28 de agosto pasado, en la vecinal de Empalme Graneros. El acto fue en el primer piso del nuevo local vecinalista, enfrente del edificio histórico.
“No tenemos más tiempo. Se trata de sostener e intentar ganar una apuesta civilizatoria. La defensa y la promoción de la vida de niñes y adolescentes requiere de la superación constructiva de todo tipo de mezquindades o fragmentaciones. Esta Red viene siendo un ejemplo de ello”, dice la publicación, de tapa roja. Esa tarde, con la sala llena, hubo voces representativas de una red que crece desde el pie.
Como lo viene haciendo hace décadas, el constructor de sueños Oscar Lupori pone el problema en los términos de quienes transitan todos los días junto a niñas y niños de carne y hueso. “Ni los niños ni los adolescentes son el problema, porque si los caratulamos como problema, se los va fragmentando: ´estos son discapacitados´, ´son un problema porque no son normales´, ´estos consumen problemáticamente ciertas sustancias, son un problema´. Ni qué decir cuando ya figura bajo la norma de poner orden, reprimirlos, porque está todo ese escalonamiento”, señala y continúa: “Lo primero que nos importa es que quede en claro que el problema no son los niños, sino qué está pasando como sistema, y acá no solamente tiene que ver el Estado y los políticos, tiene que ver el mercado. Para el mercado son consumidores y peones, porque el problema del narcotráfico es un problema económico, y quién emplea, quién gana con eso y dónde se deposita ese dinero”, analiza Lupori.
Desde la Casita del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, en Fisherton pobre, cuenta: “Nos importa dejar bien claro que trabajamos por los niños y para los niños, aún para aquellos que pueden molestar a otros ciudadanos, que no lo vamos a negar, porque a lo mejor hay niños que con su conducta acaban molestando o victimizando a otro, pero él es la primera víctima del problema. Esto es un asunto muy serio”.
El problema del narcotráfico es un problema económico, y quién emplea, quién gana con eso y dónde se deposita ese dinero”
En la jornada pública realizada desde la Red el 10 de octubre de 2023 se realizó un diagnóstico con propuestas, recogidas en la página 36 de la publicación. Llaman a “superar e interrumpir la fragmentación implantada por las políticas neoliberales” y retoman una cita de Fernando Ulloa, en las que postula que “las infancias y adolescencias tienen que ser la agenda de un engranaje entre la salud mental, la cultura y los derechos humanos”.
“Las dificultades y problemas del Sistema de Promoción y Protección Integral son mayoritariamente de implementación. Faltan políticas públicas (sociales, integrales, progresivas) que a través de programas, planes, redes, instituciones, dispositivos, equipos y prácticas materialicen los derechos de NyA en mejoras reales y concretas de sus vidas”, dice la publicación, que incluye un “exigitorio” con propuestas concretas.
En uno de sus puntos, este “exigitorio” expresa: “¿Lo único que tenemos para ofrecerle a las infancias es centro de salud y escuelas?”. En general, surgió la necesidad de ofertas intermedias entre la escuela y el centro de salud -por un lado- y las redes de narcomenudeo o el aislamiento doméstico, por el otro. Se trataría de crear, ampliar y/o fortalecer los Centros Cuidar, el Programa Nueva Oportunidad, espacios deportivos/ recreativos, clubes y organizaciones sociales”.
Instistir, construir, proponer
La Red congrega a una diversidad de personas. Es María Eugenia Di Pato, una de sus integrantes, trabajadora social del centro de salud “Débora Ferrandini” la que menciona la palabra “arrasamiento”. De las infancias, de los equipos, de las posibilidades de responder ante las vulneraciones. Un arrasamiento que se festeja desde ciertos espacios políticos, un arrasamiento a medida para que el mercado -legal o ilegal- tome el control de todos los aspectos de la vida.
En la publicación sostienen que “de las condiciones de las poblaciones y de los equipos se visibiliza un progresivo y paulatino vaciamiento de las instituciones tanto comunitarias como estatales (vaciamiento que tiene que ver no sólo con la ausencia de espacios comunitarios sino con la pérdida de direccionalidad en el hacer de esos espacios) y un arrasamiento de los equipos e instituciones, con movimientos de resistencia que pueden habilitar a la conformación de nuevos colectivos que intenten construir pensamiento crítico en torno a las prácticas”.
Es lo que hace la Red: resistir, insistir, construir, proponer.
Natalia Palma es presidenta del Colegio de Psicólogas y Psicólogos, y también le gusta presentarse como trabajadora de los equipos socioeducativos del Ministerio de Educación que intervienen en las escuelas. “El documento implicó muchísimo trabajo, surge de la conformación de una mesa de trabajadores, instituciones, sindicatos, colectivos, activistas por los derechos de las infancias y adolescencias, en el Colegio de Psicólogos hace dos años. Ubicamos algunos momentos en los que tuvimos mayor proceso de trabajo y alerta, cuando se sanciona el decreto 2737 en 2022, esto nos moviliza, nos agrupa para ponernos a discutir, para generar el debate acerca de las medidas de protección excepcional”, plantea la profesional.
Aquel decreto, reglamentario de la ley provincial de Niñez, no sólo excluía a niñxs con padecimientos de salud de las medidas de protección excepcional (y qué niñx que vive vulneraciones graves de sus derechos no ve afectada su salud), sino también a quienes viven en situación de “pobreza”.
Aquel decreto fue “un claro retroceso, que deja por fuera las situaciones de salud mental, de padecimiento subjetivo, de las medidas de protección excepcional. Lo dijimos incansablemente, pedimos la derogación enfáticamente”, expresa Palma. Si bien la actual gestión provincial, con Daniela León a cargo de la Secretaría de Niñez, les ha prometido derogar ese decreto, aún sigue vigente.
El proyecto del gobierno nacional para bajar la edad de punibilidad a los 13 años es otra preocupación urgente. “Nos hacemos la pregunta diaria de qué les estamos ofreciendo a las pibas, a los pibes, qué proyectos hay, adonde se los piensa, cómo los venimos mirando. Todos sabemos que hay un nuevo proyecto de ley de baja de edad de punibilidad, que vulnera todos los lineamientos nacionales e internacionales. Y estamos nuevamente organizándonos en relación a qué producir, cómo visibilizar, qué impactos generar para que no salga. Y también sabemos que estamos en un contexto de clamor social complejo, con situaciones que dan nuevamente fuerza a un proyecto de baja de edad de punibilidad, entonces tenemos que ver desde qué lugares concientizar, sensibilizar, cómo llegar a la población en relación a este tema tan delicado”, sostiene.
Nos hacemos la pregunta diaria de qué les estamos ofreciendo a las pibas, a los pibes, qué proyectos hay, adonde se los piensa, cómo los venimos mirando. Todos sabemos que hay un nuevo proyecto de ley de baja de edad de punibilidad, que vulnera todos los lineamientos nacionales e internacionales.
Cada uno de estos debates es colectivo, multisectorial. “Lo que más nos enorgullece de todo este proceso es, por un lado, encontrarnos, generar procesos de trabajo, ubicarnos como trabajadores y trabajadoras, eso nos da la fuerza de continuar problematizando”, plantea la psicóloga.
Otra vez, Oscar Lupori pone la palabra precisa. “Estamos desbordados por la cantidad y la complejidad del trabajo”, sostiene el histórico referente. Y plantea esta pregunta: “Qué podemos hacer y cómo exigirles a nuestros gobernantes, lo cual va a ser muy difícil porque estamos en un momento peor de los peores, porque el neoliberalismo de los 90, lo que fue el proceso de vaciamiento de la lucha callejera del 2001 fueron bravos, pero el momento actual es el vaciamiento de toda política real, estatal, porque el único que tiene políticas de calidad es el mercado, y el Estado tiene asignado el papel de control social y de reprimir para que el mercado funcione”.
Así, lxs niñxs y adolescentes se construyen como criminales. Así, un hombre puede salir con una escopeta en un country de Pilar, como ocurrió el 27 de agosto pasado, al grito de “¿Qué me importa que sean chicos?”. Así, una amplia franja de personas adultas se desentiende de la obligación de proteger a las infancias.
La Red existe para reponer la necesidad de un Estado presente, para recordar la responsabilidad estatal y social en la protección de niñas, niños y adolescentes.
“Somos una patria poética“
Entre las acciones públicas de distinto tipo, además de las jornadas, se elevaron los documentos a las autoridades y se realizó un Festival por las Infancias y Adolescencias, el 6 de diciembre de 2023. En esa actividad, la psicóloga y docente de la Cátedra de Salud Pública y Salud Mental de la Facultad de Psicología de la UNR, Paola Benítez, dijo: “En Argentina aprendimos que un gol puede convertirse en un barrilete cósmico de alegría para el pueblo. Por eso no nos daremos por vencidos. Porque hemos habitado y transformado nuestras realidades. En cada barrilete escribiremos las frases que nos constituyen, porque somos una patria poética. Acompañe, no castigue/ basta de plomo y humo/ hay que tener coraje para ser mariposa/ la pelota no se mancha/ madres de la plaza el pueblo las abraza/ nunca más”.
Dice Andrea Montaner: “Creo que somos muchos los que estamos de este lado, tenemos la posibilidad de seguir armando comunidad y seguir agendando en favor de les niñes”. El documento es un piso. “Este escrito, para quienes ocupan cargos ejecutivos en el Estado, es una síntesis muy clara de cuáles son los problemas de la infancia, acá no hay que inventar nada, no hay que volver a pensar, no hay que sentarse a ver cuáles son los problemas, porque ya están recontramil trabajados, y lo que hay es una lista clara de los problemas. Veamos por dónde empezar, pero hay que hacerlo”, subraya.
Es muy difícil pensar en políticas universales, si no pensamos en quién financia esto, y es así, y en algún momento hay que tomar esa decisión, porque es mentira que no hay plata. No nos resignemos a eso.
Lo que queda claro es que se trata de “una decisión política”. “Todo esto lo hicimos desde 2022, antes de este momento de nuestra Nación, y cómo las políticas públicas determinadas por el gobierno nacional están determinando a las políticas públicas provinciales y municipales, a quienes en muchas situaciones les viene muy bien que Milei sea nuestro presidente, porque el ‘no hay plata’ se reproduce todo el tiempo, entonces no comprás el salbutamol, no abrís un centro de convivencia, no entregás comida”, considera Montaner. “¿Cuándo vamos a decir sí hay plata?, hay un montón de plata en este país, hay que ver a quiénes se la vas a sacar. Y esa es una decisión política. Es muy difícil pensar en políticas universales, si no pensamos en quién financia esto, y es así, y en algún momento hay que tomar esa decisión, porque es mentira que no hay plata. No nos resignemos a eso”.
Así lo escribió Paola Benítez: “Es nuestra poesía popular la que nos enseña e insiste una y otra vez que hay que armar las estructuras que hagan falta para que cada niñe y adolescente tenga su barrilete”.
1 comentario
Gracias x ayudarnos a pensar y a construir esperanzas x y para nuestras infancias y adolescencia
Sin dudarlo, a ponernos manos a la obra toes todes nuestras infancias y adolescencia nos llaman
Abrazos