Mañana martes a las 10 de la mañana estaremos en tribunales solicitando un recurso de amparo que ordene a la Municipalidad a aplicar la ordenanza 8324/08 que obliga a las empresas de publicidad en vía pública a ceder el 25% del espacio a las fuerzas políticas que se presentan a elecciones. Según estipula la ordenanza, las empresas deben presentar 45 días antes del domingo de elecciones los espacios que ceden y efectivamente cederlos para publicidad de campaña los 30 días previos al día de elecciones.
Debido a la falta de voluntad política del partido socialista, en las elecciones primarias no se cumplió con ninguna de las leyes y ordenanzas que tienden a la democratización de las campañas electorales. Esto generó una desigualdad notoria en el proceso electoral y amplió aun más la brecha entre los que tienen y los que no tienen recursos económicos para pautar en los grandes medios y aparecer como una opción al conjunto social. Se pone así en el centro del debate un tema para nosotros central a la hora de pensar la democracia, la institucionalidad y el sistema político: el financiamiento de la política ¿De dónde vienen los recursos? ¿Quién los pone y qué pide a cambio? ¿Cuánto se gasta en una campaña?
Todas las leyes que hoy existen y que el PS se encargó de ignorar intentan abordar esta cuestión y por eso exigiremos al municipio que cumpla con su parte e implemente la ordenanza vigente ya que la provincia está implementando la ley que posibilitará contar con espacio gratuito en radio y tv.
De esta forma, de implementarse como marca la ley las normativas democratizadoras, podremos afrontar un proceso electoral completamente distinto al de agosto y terminar con la idea de que sólo “el que tiene plata puede hacer política”.
Un dato que dejó nuestra primera experiencia electoral y que muestra como pocos la relación entre la influencia de los aparatos y el poder económico por un lado, y la militancia y la organización como forma de hacer política por otro, es el resultado del costo por voto. Es decir, la relación entre lo invertido en la campaña y los votos obtenidos.
El Frente para la Ciudad Futura gastó solo 30.000$ en toda la campaña. Cifra irreconocible para una campaña y mucho más en vista de los resultados obtenidos. De esta manera nuestro costo por voto fue de 3,5$. Al mismo tiempo, otras fuerzas con similares resultados llegaron a gastar 250$ por voto. Y las listas que aparecieron como “sorpresa” en esta elección llegaron a invertir 111$ por sufragio obtenido.
Por eso, por lo desparejo de la disputa, por las armas empleadas y por la convicción de que cuanto más autonomía tenga un proyecto político con respecto al poder económico, más posibilidades tendrá de transformar la realidad, es que emplearemos todo lo que esté a nuestro alcance para que se cumpla con todas las leyes que tienden a hacer de esta democracia formal, una democracia cada vez más real. Porque no llegamos a “la arena política” para acomodarnos a “las reglas del juego” sino a, como hacemos siempre, cambiar todo lo que deba ser cambiado.