Por más derechos, más de 20 mil mujeres organizadas participaron el pasado fin de semana en la provincia de San Juan del ritual que cada año las traslada de una coordenada a otra del país para realizar el Encuentro Nacional de Mujeres. Los reclamos, la alegría, los hechos de violencia y la intolerancia fundamentalista.
Por Laura Solomé Canteros para periódico Marcha
Romper silencios para escuchar diversas realidades; federalizar los debates sobre las mejores estrategias políticas; repasar avances y derechos pendientes; analizar cómo prevenir, sancionar y erradicar los diferentes tipos y modalidades de violencias; implementar mecanismos efectivos contra la complicidad político- judicial que hace posible y sostiene la explotación sexual y la trata de personas; luchar por el reconocimiento legal de parte de los estados del derecho al aborto libre, seguro y gratuito fueron una vez más, eje de los intercambios horizontales que nos reúnen cada año.
Sin embargo, y más allá de la continuidad de los Encuentros Nacionales de Mujeres –que ya llevan 28 años ininterrumpidos-, la noticia de su realización e importancia son ignoradas por los grandes medios nacionales que eligen cubrirlos desde el momento en que se realizan provocaciones de grupos antiderechos como el cobarde ataque que se sucedió en esta sanjuanina y calurosa edición.
Piedrazos en las escuelas durante las noches y a la salida de la ciudad a los micros; persecuciones, amenazas y apremios ilegales de parte de efectivos/as de las fuerzas de seguridad; vallado y militarización de la zona céntrica; intentos antidemocráticos de boicot a los talleres; mentiras y calumnias de parte de la prensa conservadora formaron la batería de recursos que se desplegaron con el objetivo de sembrar el terror en la ciudadanía ante la llegada de la “horda feminista”; todo sumó a fin de obstaculizar la realización de los más de 50 talleres y el alcance de las conclusiones en forma de debate y consenso que son la razón y el corazón de los Encuentros.
La cobardía del ataque
El ataque más violento se produjo en la madrugada del lunes cuando “parte de un contingente que se encontraba regresando en tres colectivos desde San Juan a La Plata, a la altura del aeropuerto, comenzamos a recibir pedradas”, indicó a Marcha Juliana Díaz Lozano integrante del Frente Popular Darío Santillán- Corriente Nacional. Producto de la agresión, una de las ocupantes terminó con heridas y cortes leves y fue atendida por personal médico. Y agregó “si bien se realizó la denuncia a la fiscalía correspondiente, la policía se negó a garantizar la seguridad del transporte de las mujeres y la salida de la ciudad de San Juan”. Además, otro micro con integrantes de Marea Popular fue atacado la misma noche. Varias escuelas donde dormían las mujeres de dichas organizaciones y otras donde se ubicaban militantes del Movimiento Popular La Dignidad, COB La Brecha y el Frente Popular Darío Santillán, fueron apedreadas y les tiraron petardos durante esa misma noche. Este conjunto de organizaciones había sido parte de la convocatoria que se realizó el sábado contra la megaminería a cielo abierto y también habían encabezado la movilización a la catedral del domingo.
“La policía local no se hizo cargo de perseguir a los agresores”, (…) “no podemos aventurar quiénes podrían ser los responsables pero sí decimos que hubo un mal esquema de seguridad porque no se pudo garantizar la integridad física de las casi 30 mil mujeres que vinimos a encontrarnos” a San Juan y culminó, “este encuentro hiere muchas veces susceptibilidades de sectores conservadores e intereses concentrados; nos referimos no sólo a nuestros derechos sino también otras cuestiones como la contaminación” (…); “hubo una presencia muy belicosa de algunos sectores de la Iglesia Católica con la intención de que el encuentro no pueda arribar a conclusiones, sobre todo en temas sensibles como la interrupción voluntaria de los embarazos”.
El repudio al ataque fue generalizado y mediante un comunicado conjunto al que adhirieron medio centenar de organizaciones se expresó que “estos hechos son una reacción mafiosa, fascista y machista tras la realización del ENM, con más de 20mil participantes que, una vez más, nos juntamos a debatir las principales problemáticas de las mujeres; pero donde también realizamos una movilización para denunciar los proyectos de megaminería a cielo abierto y su relación directa con las rutas de trata de mujeres, además de una marcha masiva durante la tarde del domingo para denunciar frente a la catedral el rol de la iglesia en detrimento de los derechos sexuales y reproductivos y que exigió el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. En el día internacional contra la violencia hacia las mujeres seguimos denunciando la vigencia de este sistema patriarcal defendido por sectores conservadores que violentan nuestros cuerpos y libertades”.
Veintiocho años de encuentros
El primer Encuentro Nacional de Mujeres se generó a poco de recuperada la democracia, entre el 23 y 25 de mayo de 1986. Según el libro “Mujeres pariendo historia” en el que se repasa la génesis de los Encuentros, éstos son “el resultado de la sinergia de diversas situaciones -nacionales e internacionales, personales y colectivas- que componen experiencias, tales como los grupos de autoconciencia impulsados por feministas y que constituyen un antecedente en el modo de encontrarse. En estos grupos, las mujeres participan en igualdad de condiciones, suprimiendo en la dinámica interna todo tipo de jerarquías, con el fin de favorecer el intercambio de experiencias personales en el relato de opresiones cotidianas. Este modo de encuentro -horizontal y en primera persona-, tiene como objetivo a corto plazo, fortalecer la autoestima, la autonomía y la reapropiación de las decisiones de vida en cada una de las participantes. Y a largo plazo, enmarcar y visibilizar desde un punto de vista político, lo personal. Las mujeres que participan de los Encuentros Nacionales tienen múltiples, dinámicas y en muchos casos, simultáneas procedencias y lugares de desempeño” (…) y “representan expresiones de la transversalidad que reúne diversidades constituyendo antecedentes de trabajo conjunto a partir de la heterogeneidad de sus integrantes”.
Ampliación de los debates y sonoridad latinoamericana
Para este Encuentro se estrenó el taller sobre mujeres trans, éste fue uno de los más concurridos junto a los de aborto. Uno de estos últimos fue cancelado por antidemocrático ya que participaron grupos de mujeres católicas que no permitieron avanzar en las conclusiones obstruyendo los debates.
Por otro lado, desde la transmisión realizada por la Red Nosotras en el Mundo junto a otras organizaciones, la Mesa de Feministas Latinoamericanas en Resistencia, con la presencia de mujeres de Perú, Brasil, Colombia y México hizo eje en la denuncia de la política de militarización y ocupación de los territorios y los cuerpos en varios países de la región.
El Encuentro finalizó este lunes con la elección de la sede 2014 que será la provincia de Salta, feudo que se pretendió declarar “pro- vida” y donde la educación religiosa es obligatoria en las escuelas públicas, la educación sexual restringida y el acceso a los abortos legales negado. La feminización de la pobreza, el alto número de femicidios y de suicidios de adolescentes producto de embarazos tempranos, así como la lucha contra los grandes monopolios sojeros que explotan y precarizan a las trabajadoras serán las realidades locales a abordar. La lucha por la eliminación de las violencias y el reconocimiento de lo negado serán, como es historia, un paso más en la construcción de nuestras libertades.