Una selección de novedades -y no tanto- para las infancias. Cinco libros hechos en Rosario para hacer una pausa y disfrutar del verano. Nos convocan a reflexionar y pensar lo cotidiano, las diferencias y los miedos a través del juego, la lectura y la ilustración. Un mapa de lectura sin otra recomendación que el goce, sin pautas, en la voz de sus autoras y autores.
Después de meses de pandemia, con protocolos de por medio, empezamos a salir un poco más. Las infancias tuvieron que aprender a esperar y a conectar con sus pares mediante intercambios reducidos a pantallas y teléfonos. En muchos casos, sus angustias y dificultades quedaron postergadas por otras necesidades apremiantes. Con el espíritu de recuperar espacios de diálogo y sostener el “estado de infancia”, nace esta selección de libros para niñas y niños de 0 a 100 años, sin otro pretexto que la lectura como brújula, ventana y puente.
Mainumbí y la cajita luna
Es el último libro del maestro, titiritero, dibujante y poeta Marcelo Quispe. Editado por Último Recurso, supervisado por Nora Schujman e ilustrado por el propio autor, es el primero de los cuatro libros de la colección “Jallalla” escrita en lenguaje inclusivo.
“Mainumbí toca su cajita luna arriba del ceibo canta como ninguna / Una copla de amor saliendo del pecho como una flor / Coplas felices para la obrera y sus gurises”, dice el primer poema del libro.
Mainumbí o mainumby significa colibrí en guaraní. Los amigos del litoral que aparecen en el texto son el tatú carreta, el yaguareté, el yacaré, el carpincho, el mono aullador y el martín pescador, entre otras especies. El próximo título, que ya está en preparación, será Sunquy multicolor, en el que el autor pasa del guaraní al quechua para abordar las diversidades.
Para Quispe, pensar las infancias requiere una mirada de lo poético diferente y conocer a los niños y niñas. Mainumbí es parte de un trabajo realizado con los chicos de primer grado del barrio 7 de septiembre, donde trabajó como maestro. “Tiene trabajo de campo”, dice el autor.
Marcelo nació en San Pedro de Jujuy, la tierra del yaguareté, en zona de yungas (selvas que crecen a más de 2500 metros de altura). Tiene ascendencia incaica y guaraní. Esas identidades atraviesan sus textos. Conversan con el quechua, el guaraní, reivindican la cultura, las costumbres y la cosmovisión indígena. “Es una poesía irreverente, rebelde”, explica. Un tono que busca reparar la discriminación que han sufrido los pueblos originarios.
Cuando era niño emigró a Buenos Aires desde Jujuy, donde su padre trabajaba como zafrero en la cosecha de la caña de azúcar. Quispe se siente atravesado por la cultura de las pequeñas comunidades indígenas del norte, la de las villas de Buenos Aires y por diversos espacios de militancia.
Empezó a escribir poesía en la adolescencia y la escritura lo acompañó siempre. Cree que la poesía no debe ser para grupos reducidos. “Tiene que ser profundamente popular, que llegue a los niños, niñas, laburantes y vecinos”, expresa.
Su hija Inti -Sol, en quechua- nació en Salta donde publicó su primer libro de poemas Patrias y tristezas (Editorial Maktub, 2005). Poco después de instalarse en Rosario presentó El despertar del yaguareté (Editorial Biblioteca, 2016), que este año fue incluido en el Plan Nacional de Lecturas. Yacireí (Editorial Pesada Herencia, 2018), su penúltimo libro, aborda el mundo indígena latinoamericano.
Último Recurso Ediciones es una organización autogestiva que basa su actividad en los principios de socialización del conocimiento y democratización de la información. El sello busca que sus producciones cuestionen el presente, discutan un posible futuro y posibiliten la transformación social.
Un paseo y un mito con Listocalisto
Escrito e ilustrado por Ligia Rossi, Rosario itinerario ilustrado (Listocalisto, 2019) nos lleva a recorrer lugares emblemáticos de la ciudad como el Parque Independencia, clásicos como el barco Ciudad de Rosario y otros menos frecuentados como la cascada de Saladillo o el Paseo del Caminante. Espacios verdes, barrios, calesitas, monumentos, el trolebus o las visitas guiadas al cementerio son parte de los itinerarios posibles.
Es un pretexto para hablar de la ciudad y para empezar a vivirla con ojos de turista. “Busca contagiar el entusiasmo por visitar y descubrir espacios que si visitásemos en otras ciudades nos sorprenderían. Es también una propuesta para pensar acerca de los lugares y su historia”, comenta Ligia Rossi.
La verdadera historia de Ariadna el monstruo (Listocalisto, 2018), escrito e ilustrado por Silvina Maroni está pensado desde el mito del Minotauro. Ese monstruo, que aparece en la palabra de los otros, deja de serlo cuando la valiente Ariadna se pone el traje de aventurera y va a su encuentro. Un cuento para aprender a renombrar el mundo y preguntarnos qué es, en realidad, lo monstruoso.
“Lo diverso siempre es lo otro, y en este caso, lo diverso que asusta. Ariadna, con su curiosidad, construye su propio concepto. La historia tiene varias capas. Está lo literal, en otra instancia hace referencia al mito y después se puede hablar de qué significa ese mito en nuestra cultura”, reflexiona Silvina Maroni.
Durante la pandemia, alumnos de una escuela especial de Granadero Baigorria trabajaron durante todo el año con el libro a través de diferentes actividades didácticas. “Me sorprendió muchísimo la lectura de los chicos, cómo habían comprendido el concepto, las producciones y la relación que hicieron con otros libros de nuestra editorial”, comentó Maroni.
Ligia es ilustradora y autora de libros infantiles. Se recibió de psicóloga y es animadora. Le encanta recorrer la ciudad en bicicleta. Silvina Maroni es autora e ilustradora. Trabajó muchos años en la docencia y, actualmente, es productora cultural. Ligia y Silvina fundaron Listocalisto junto a Angie Strappa.
Listocalisto es una editorial independiente con una cadena de valor totalmente rosarina, cuya marca es la ilustración. Con más de 20 títulos publicados, el sello acaba de editar el primer libro de narrativa El nombre del diablo, de Claudio López, con ilustraciones de Romina Carrara.
Los cuentos más pirados
Escritos por la escritora y periodista Laura Vilche e ilustrados por Miguel Mazza, Cuentos rayados (Libros Silvestres, 2020), reúne 15 relatos para chicos y grandes con personajes fuera de lo habitual.
“Hacen alusión a lo anómalo, lo loco. Están pirados, chiflados, rayados. También hacen referencia al significado literal. En el primer cuento, una reina siempre deja sus zapatos en orden, a la par de la cama. Cuando se despierta, los zapatos no están allí y se enoja mucho. Los llama desacatados, chalados y rayados”, relata Laura Viche.
Otros personajes de estas historias son la señora que vende escaleras, una bicicleta y una pelota que se da cuenta que todos se divierten cuando la patean. Coco, Caca y Culo son tres ratones asquerosos, malolientes, desobedientes, que hacen ruido al comer. Las cutulunias aparecen a las noches y atacan las panzas de los chicos, les bailan alrededor y les provocan ganas de hacer pis. El hombre de los regalos equivocados inventa estrategias para que no lo inviten más a los cumpleaños.
Una singularidad de estos cuentos son los juegos de palabras y el rescate de viejas palabras. “En uno de los cuentos, un hipopótamo, una vaca y un loro se pelean por una papa. Surgen palabras como papanatas, papamoscas, paparulo y papayero. Son palabras antiguas, de mi infancia y la propuesta es jugar con los sonidos y los posibles significados”, comenta Vilche.
La autora reconoce muchas influencias de cuentos y cuentistas de todos los tiempos en su escritura y también de otros lenguajes como el cine. En “El rayo verde” evoca una película de Éric Rohmer que recupera la leyenda del rayo verde. “Esa película me llevó al libro de Julio Verne. Me pareció muy poético y lo retomé en el cuento”, revela Vilche.
Laura fue docente de primaria y piensa que es algo que facilita la búsqueda del registro adecuado. “Escuchar a los chicos, mirarlos frente a una historia, cómo escuchan y cómo leen. Revisar cuáles son las palabras y ritmos que atraen, hasta dónde se llega con el absurdo y con lo serio”, dice.
Los cuentos pasaron de mano en mano y de boca en boca antes de llegar a Carolina Musa, la editora. La autora destaca la labor de Libros Silvestres. “Es un trabajo cuidado, respetado, respetuoso y confieso que no sentía este respeto por la palabra desde hacía mucho tiempo. En la literatura encontré algo distinto al periodismo, más pausado y con mucho más interés por lo que está escrito y hacia quien lo va a recibir”, expresa.
Libros Silvestres es una editorial rosarina de literatura para niñes y jóvenes. Comenzó a fines de 2014 con la edición artesanal de libros pop-up y hoy lleva publicados más de 30 títulos ilustrados de autores de la ciudad y la región principalmente.
Mine y el recuerdo
Mine y el recuerdo: el misterio de la habitación secreta (Cosas invisibles 2019), cumplió un año este diciembre y fue incorporado al Plan Nacional de Lecturas en 2020. Se trata de un cuento filosófico de María Belén Campero con ilustraciones de Fabricio Caiazza y fotografías de Inés Martino. Es una invitación al diálogo con un tratamiento de la imagen sin prevalencia de lenguajes.
“La literatura es ese espacio de encuentro. La lectura, en particular, es lo que habilita el diálogo, la posibilidad de encontrarnos. Mine y el recuerdo es la excusa perfecta para revisar cajones y álbumes de fotografía. Como todo libro, es una posibilidad para detenerse y pensar en los recuerdos, que son la semilla para tener algo que contar”, comenta María Belén Campero.
“Nos invita a descubrir en lo cotidiano, la posibilidad de una aventura y hacer de eso una oportunidad de relato. Los recuerdos son eso que está ahí, que no tenemos que ir a buscar a ningún otro lado”, explica Romina Gianfelici que junto a la autora coordina Cosas invisibles.
Belén evoca un fragmento del poema “A veces” de Mary Oliver, que entiende como una síntesis entre la literatura y la práctica filosófica que se respira en Mine y el recuerdo: Instrucciones para vivir una vida: Prestar atención. Asombrarse. Contarlo. “Hay algo que te llama la atención, que te sorprende, y siempre hay necesidad de contarlo, porque hay otros y otras ahí”, reflexiona.
Como el resto de los libros seleccionados por enREDando, Mine y el recuerdo no tiene límite de edad. Campero lo argumenta con lucidez: “la infancia es una actitud, una forma de mirar el mundo, que no está reducido al tiempo en que somos niños o niñas. Es esa experiencia de relación con el mundo mediada por la sorpresa. Pero no todos los niños y niñas tienen garantizado el estado de infancia”.
A ello agrega otra reflexión concluyente: “la primera lectura que hacemos viene de la voz de la lengua materna. De esa voz que arrulla, que nombra, que dice, que cuenta. El bebé es una oportunidad de mirar el mundo de nuevo de otra manera. Como adultos perdemos, un poco, la percepción de esa conciencia de ser mirados por otros. Leer con otros y con otras nos permite recuperar eso”.
En este sentido, Romina destaca el valor de generar el encuentro. “Es muy importante que el acercamiento de los niños y niñas a la literatura sea en compañía de otros y otras que leen, acompañan, que juegan a leer, ayudan a leer. Acompañar es fundamental para que alguien pueda ingresar también a ese disfrute”.
María Belén Campero es filósofa, poeta y junto a Romima Giafelici fundó Cosas invisibles. Romina Gianfelici es psicóloga y coordina talleres en la Biblioteca Popular Constancio Vigil. Cosas invisibles surge con la idea de ligar la filosofía con la vida cotidiana. El proyecto editorial busca propiciar oportunidades de encuentro, promover inquietudes filosóficas y el placer de la lectura.