• Buenas Prácticas
  • Temas
    • Derechos Humanos
    • Transfeminismos
    • Territorios
    • Internacionales
    • Trabajo
    • Infancias y Juventudes
    • Educación y Cultura popular
    • Violencia Institucional
    • Economía Solidaria
    • Opinión
    • Micro Radial en Aire Libre
  • Narrativas
  • Publicaciones
  • En primera persona
  • Quienes somos
enREDando enREDando enREDando
  • Buenas Prácticas
  • Temas
    • Derechos Humanos
    • Transfeminismos
    • Territorios
    • Internacionales
    • Trabajo
    • Infancias y Juventudes
    • Educación y Cultura popular
    • Violencia Institucional
    • Economía Solidaria
    • Opinión
    • Micro Radial en Aire Libre
  • Narrativas
  • Publicaciones
  • En primera persona
  • Quienes somos
  • Internacionales

“Donde vamos la vida no vale nada”

  • 02/09/2025
  • María Soledad Iparraguirre
Barcelona 30/08/2025 Internacional. Salida de la nueva flotilla humanitaria a GAza desde Barcelona. Con la presencia de Greta Thunberg, Thiago Ávilas, Liam Cunningham.. AUTOR: JORDI OTIX
Total
0
Shares
0
0
0
0

Tras una breve dilación para ultimar detalles y alistar los navíos, la Global Sumud, una importante flota civil de ayuda humanitaria, zarpa desde costas españolas en lo que se considera la más grande misión marítima, cuyo fin es abrir un cordón contra la hambruna impuesta en Gaza y romper el sitio ilegal de Israel en la frontera palestina. Mientras, el ministro de Seguridad Nacional israelí Ben-Gvir asegura que tratarán a los activistas como terroristas. “Si yo no puedo viajar a Gaza por la amenaza del ministro de Defensa me daría mucha vergüenza”, señala Jorge González, encargado de timonear el Isobella y uno de los ocho argentinos a bordo.

Palestina desgarra el alma a cada minuto un poco más.

Más de sesenta mil civiles asesinados, en su mayoría mujeres y niños. La mayor cantidad de menores amputados en el mundo, a causa de las bombas, que no cesan. En lo que es el último ataque perpetrado por el régimen sionista de Benjamín Netanyahu, que lleva cerca de dos años, no queda un hospital en pie, en el delgado pedazo de tierra conformado por la franja de Gaza. A tierra palestina no llegan agua, alimentos, combustible ni suministros médicos y medio millón de gazatíes podría morir de inanición en un territorio devastado por los estallidos y la previsible catástrofe humana. En la frontera con Egipto, mientras tanto, cercanas al susurro ahogado de miles de bocas que claman el cese del fuego y comida, permanecen estancadas seiscientas toneladas de ayuda humanitaria.

Insostenible

Según uno de los últimos informes de Médicos Sin Fronteras (MSF) la obstrucción de la ayuda humanitaria constituye una violación directa de la Resolución 2720 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que exige la entrega sin restricciones de la ayuda humanitaria a la población civil en contexto bélico. Asimismo, sigue sin verificarse la versión oficial israelí que responsabiliza a la organización Hamás en el desvío de la ayuda que el pueblo palestino recibe desde distintos puntos del globo. “Es la undécima vez que nos vemos obligados a huir desde el comienzo de esta guerra. Pero esta vez es la más dura, porque sé que nunca volveré a mi casa», señaló en redes sociales Sabreen Almaseri, fisioterapeuta de MSF de España. Y es que la vida misma, en suelo palestino se ha vuelto insostenible. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, hasta la fecha, murieron por desnutrición 340 palestinos, entre los que se cuentan 124 niños.

La solidaridad internacional crece, sin embargo, a la par que el reflejo del horror al que son sometidos los habitantes palestinos se vuelve viral. Pese al intento por silenciar la atrocidad de los crímenes cometidos, cada vez con mayor fuerza y compromiso, los pueblos del mundo alzan su voz y se unen en un solo grito que exige el fin del cruento ataque a la población en Gaza. Hacia junio del corriente año, en tanto, el blindaje mediático cómplice del régimen israelí parece haberse empezado a resquebrajar. Por primera vez, desde el ataque iniciado en octubre de 2023 (que se mantiene ininterrumpidamente), parte del mundo parece haber comenzado a despertar. Y la respuesta, a través de multitudinarias marchas, actos y movilizaciones en distintos puntos del planeta (días atrás, medio millón de israelíes marchó pidiendo el fin del sistemático ataque y la liberación de los rehenes) constituye el fin de la inercia y la pasividad.

El pasado domingo 31, las redes colapsaron con la viralización de imágenes y videos en los que se veía a la flotilla Global Sumud zarpando desde Barcelona. “Había cerca de cuatro mil personas, súper entusiasmadas y emocionadas. No daba para decir que el viento no estaba bien. Si bien ese fue el comunicado oficial, la verdad es que no llegábamos con los arreglos de los barcos. Todos teníamos algo pendiente y es un viaje bastante largo, pero no podíamos explicar ni eso ni la meteorología a tal cantidad de personas que estaban haciéndonos el aguante. Salimos, fuimos a otro puerto y hoy terminamos de preparar todo para salir lunes por la noche, a lo sumo martes bien temprano”, explica González a EnREDando en comunicación telefónica.

Único capitán argentino que tendrá a su cargo timonear una de las embarcaciones, Jorge González cuenta que el click que lo llevó a participar de la flota de resistencia mundial que busca romper el asedio israelí fue su solidaridad con la causa palestina y que necesitaban imperiosamente capitanes. “-El click fue exactamente eso. Si estoy en Barcelona y hay una marcha por Palestina, voy. Si hay que salir a pintar, también lo hago. Pero si lo que hay que hacer es llevar barcos; ¿Cómo no estar? Es lo mío; esto me cayó del cielo, salga bien o salga mal. Estoy demasiado cerca y demasiado afín a la causa como para no hacerlo, pienso que es mi oportunidad de dar una ayuda mayor, más concreta.  Ellos convocaron gente que supiera y quisiera navegar o que fueran capitanes y se sumaron más de veinte mil personas, pero somos muy pocos los capitanes y capitanes, además, con la experiencia necesaria como para llevar un barco a esa distancia en el Mediterráneo. Me aceptaron de primera”, relata con un entusiasmo que contagia.

Formada por la Federación de la Flota de la Libertad, el Movimiento Global Gaza, el Convoy de la Resistencia y la organización de Resistencia Nusantara de Malasia, quienes integran la flotilla, (alrededor de doscientas personas) provienen de cuarenta y cuatro países y conforman la más variada amalgama de tripulantes, desde los más reconocidos personajes como la activista ambiental sueca Greta Thunberg, Nkosi Zwelivelile Mandela, nieto de Nelson Mandela, el actor Liam Cunningham (Game of Thrones) y la carismática y querible Susan Sarandon; hasta médicos, psicólogos, comunicadores y letrados especializados en derechos humanos.

Como seguramente ocurra con la mayor parte de la flotilla, Jorge es consciente de los riesgos que corre.

“Tengo cierto temor, claro. He participado en mi país de marchas o concentraciones por los derechos humanos brutalmente reprimidas; pero ni la Policía Federal, Infantería o la Gendarmería argentinas les llega a los talones al nivel de brutalidad del ejército israelí. Es una experiencia nueva y grande, tengo alguna preocupación al respecto. Acabo de leer la noticia de que el ministro dice que seremos tratados como terroristas, que nos considera colaboradores de Hamas y no tendremos una detención de unas pocas horas como pasó con la flotilla anterior sino que nos van a meter en cana en serio. Yo creo que es un farol, que nos están asustando. Ellos saben lo que viene pasando en el mundo y toman nota, saben muy bien que su blindaje ya no es el mismo de hace unos meses, o siquiera, de hace un mes. Que vengan por nosotros sin importarles el costo político, puede pasar igual, pero no lo creo. Tienen una solución mucho más inteligente que meternos en cana que es repelernos. Si ellos salen en vez de a capturarnos, a echarnos, lo hacen con mucha menos violencia de la que necesitan para capturar. Por otro lado, se ahorran un conflicto con cuarenta y cuatro consulados que son los países de los que provenimos todos. Pero también es cierto que alguna vez asesinaron a quienes intentaron ayudar”. El jefe de la tripulación embarcada en el Isobella, -el velero de 12 metros que, junto a otros quince escoltará las dos grandes naves principales-, se refiere al ataque sufrido en el año 2010 por la flotilla La Libertad de Gaza cuando en aguas internacionales, la Marina israelí ametralló a dos de las seis embarcaciones que habían zarpado con similar objetivo, ataque por el que murieron diez personas. El último intento de arrimar un corredor humanitario fue en junio pasado, iniciativa en la que, entre otros también participó la activista Thunberg, pero dos de los navíos fueron hundidos y los tripulantes detenidos y deportados. Esta vez, el ministro israelí, aseguró que los tripulantes serán tratados como terroristas; que serán “detenidos y afrontarán largas estancias en prisión, bajo condiciones estrictas y sin privilegios”.

Confraternidad internacional

González ve un cambio de aire en cuanto a la toma de conciencia –y de posición- a nivel internacional. “En los últimos diez, quince días, a lo sumo un mes, se viene resquebrajando el blindaje mediático de Israel bastante aceleradamente, pero ellos no toman nota de eso. Por lo menos acá en Europa (aunque creo que en otras partes del mundo) todos los días se están viendo cada vez más movilizaciones en distintos países; algunas reprimidas como en Alemania o en Francia, y otras no, como en España, pero incluso hasta en Israel vemos que explotó la solidaridad con Palestina: es una cascada impresionante, el festival de Venecia, la Scala de Milán, lugares que uno no se imagina. El sindicato portuario de Génova se va a sumar a la conducción, van a salir con una flota. Son los mismos tipos que vienen bloqueando Génova para evitar que pasen armas para Israel y ayer ante la amenaza de Israel de tratarnos como terroristas, los tipos dijeron que van a venir con nosotros y que si llegan a tocar a la flotilla no sale más un clavo, un tornillo del puerto de Italia. Se está poniendo mejor la situación para nosotros y peor para Netanyahu, pero sabemos que son unas bestias, capaces de todo”. En consonancia con la postura de los estibadores franceses que, en junio se negaron a cargar armas de la empresa Eurolinks por considerar que serían utilizadas “por el ejército israelí para continuar la masacre del pueblo palestino”, el sindicato portuario genovés anunció el cierre del puerto: los operarios marítimos no solo no descargaron la carga militar del buque Cosco Piscis con destino a Israel sino que devolvieron los contenedores a su punto de origen.

La flota estima que llegará a Gaza el 13 de septiembre. A los veinte barcos que zarparon de puerto español se sumarán nuevos, desde Túnez y otros destinos como Grecia. La idea es ir arribando todos juntos pero no amontonados, para complicar las probables maniobras de ataque con que esperan que responda la Marina israelí. Mientras el poder le va soltando la mano al líder hebreo y algunos países anuncian el reconocimiento del Estado palestino, otros forjan medidas más concretas. Así, el presidente colombiano Gustavo Petro anunció desde el 30 de agosto y sin excepciones la prohibición de exportar carbón ante las “nuevas evidencias de violaciones graves y sistemáticas de derechos humanos, y la persistencia de actos que pueden configurar genocidio y crímenes de lesa humanidad”.

Cuando el mundo se queda en silencio, nosotros zarpamos, se lee en el sitio web de la Global Sumud Flotilla, anteriormente conocida como Global March to Gaza. Al cierre de esta nota, la solidaridad se sigue clamando: un estibador italiano indicaba en un acto que si “perdemos contacto con nuestros camaradas (en la flotilla) durante 20 minutos, bloquearemos toda Europa”. El mandatario colombiano, por su parte, saludó a los activistas: “Que el viento impulse sus embarcaciones con la fuerza de la historia, que el mar se abra para abrazar su causa, y que el mundo escuche con claridad: Gaza no está sola, Palestina no está sola, y la humanidad no puede seguir en silencio”.

Que allí, en esta tierra devastada por las bombas y la deshumanización, vuelva a tener valor la vida.

0
0
María Soledad Iparraguirre

También podría interesarte
Leer más

Genocidio en Gaza

  • enREDando
  • 01/08/2025
Leer más

Cambalache en el primer cuarto del Siglo XXI

  • Santiago Toffoli
  • 26/12/2024
Leer más

Argentina ante la ola roja 

  • Santiago Toffoli
  • 20/11/2024

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Un proyecto de la Asociación Civil Nodo Tau. enREDando es parte de la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (Arecia)

  • Quienes somos
  • Contactanos
  • Sobre Nodo Tau
  • Archivo de noticias

LA INFORMACIÓN DE ESTE SITIO SE DISTRIBUYE CON UNA LICENCIA CREATIVE COMMONS BY-SA-NC

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.