La película en sus ojos
Lo escuché relatar todo dos veces en menos de cuatro horas. En ambas ocasiones me senté frente a él, porque para tomar nota me gusta tener no sólo una buena audición, sino una buena visión de quien habla. Durante buena parte de la charla miró hacia abajo, apesadumbrado, pero cuando en medio de la narración de lo vivido levantaba la vista, podía ver la película a través de sus ojos.