Literatura infantil para romper moldes
Durante las Flias (Feria del libro Independiente y Autogestiva) conocemos editoriales y proyectos autogestivos que nos abren nuevos mundos. Uno de ellos: la editorial La Mariposa y La Iguana que nos trae el primer libro infantil editado en Argentina sobre diversidad sexual: “Una historia de amor muy espacial” de María Laura Sabino. Además, conocimos los escritos del poeta Javier Mascaró que también están dirigidos para el universo infantil. El desafío de autogestionarse y romper moldes.
Por María Cruz Ciarniello
Flichangú fue la combinación de dos experiencias autogestivas. Dos formas de entender y vivir el mundo. ¿Una apuesta? Sin duda. Una jugada que arriesga más de lo gana, que en general, pierde ante el más fuerte pero cosecha unos cuantos logros cuando los abrazos se multiplican.
Compartir cultura; sostener un restaurant con productos de Economía Social. Generar espacios de difusión de editoriales que también apuestan a la autogestión; propiciar el encuentro de organizaciones en un lugar que es encuentro puro: en pocas palabras, eso fue Flichangú, la 8va Feria del Libro Autogestiva que se realizó en el bar Cooperativo Pichangú, en Rosario, entre noviembre y diciembre de 2013.
Como una flecha, en ese zumbido espacial de libros de todo tipo, me sumergí aquellos calurosos días. Rodriguez, entre Salta y Catamarca, fue calle tomada durante dos eternas tardes que se hicieron noche y se hicieron fiesta.
Pasar es llevarse algo. Comprar aunque sea un libro; uno solo. ¿Solo uno?. Imposible. Editoriales de diferentes ciudades, temáticas que van de la poesía a la ficción, de la diversidad sexual a los cuentos infantiles. Poetas incunables que encontramos editados y publicados cuando pensábamos que jamás podíamos alcanzar ese éxtasis de tener, por ejemplo, la antología poética de Roberto Juarroz en nuestras manos.
Conocer lo desconocido, quizá uno de los mayores placeres que nos regala cada Flia. ¿Y este autor o escritora quién es? ¿Qué escribe?. Nos preguntamos Y sí. Me lo llevo. Porque además del divague en ese submundo de la escritura -confieso- el libro como objeto seduce. En lo personal, me dejo llevar por el flechazo de la tapa, por ese primer encuentro con el libro. Por el color y al forma; por el papel y la textura. En su gran mayoría, las editoriales autogestivas cultivan el gusto artesanal. Y eso vale y cuesta. Y eso se paga con placer; con el disfrute de llevar algo más que un simple sello editorial. Lo que nos llevamos, es el laburo en su más potente expresión.
Flichangú apostó a otra forma de hacer ferias de libros independientes. Se animó y fue por más. Esta vez, y tras la fusión con la cooperativa bar Pichangú, se realizaron charlas, debates y proyección de videos. Entre las mesas y stands encontramos a Manolo. “Es la primera vez que hacemos 3 ferias en un año”, dice. El golazo fue de media cancha. “La intención del colectivo de la Flia Rosario es empezar a abrirse y empezar a hacer Flias con otras organizaciones sociales, tal vez, con la idea de romper el aislamiento típico de este momento, para empezar a unirse y ver cómo es la vinculación con otros colectivos con los cuales tenemos cosas en común como lo es el trabajo cooperativo”.
La experiencia, nos dice Manolo, fue increíble. “Pichangú es un lugar abierto a las expresiones culturales, a contramano de los que son los espacios privados u espacios municipales que engorda su propia agenda con el arte emergente de la ciudad. Contamos con el espacio del bar y pudimos hacer talleres y charlas. Abrimos la cancha más todavía con mucha gente en las asambleas. Es la primera vez que pudimos generar este ambiente para escuchar la presentación de un libro o ver un video”.
Pero además, cada Flia, una y otra vez, nos invita a conocer nuevas editoriales. Así, nos topamos con Ediciones La Mariposa y la Iguana, de Buenos Aires, dirigida por Leticia Hernando y Dafne Pidemunt, escritoras poetas quienes le ponen cuerpo y alma a un proyecto de publicación que aborda la diversidad sexual y temáticas de género, entre otras líneas de trabajo.
Contame otro cuento
Los diversos libros de la Editorial La Mariposa y La Iguana se mueven fundamentalmente, además de bares, plazas o algunas librerías, en el mundo de las Flias, ese universo cósmico donde confluyen intereses colectivos en pos de difundir y divulgar ediciones independientes y sellos que orillan nuevos horizontes de letras y temáticas. En las Flias, La Mariposa y La Iguana presenta, entre muchos títulos, libros como “El juego de las Estatuas”, “Lobo de Sueño Rosa”, “Hospital Psiquiátrico”, una interesante y novedosa colección de ensayos entre los cuales es posible encontrar libros de Casilda Rodrigañez Bustos: “Pariremos con placer” y la “Sexualidad y el funcionamiento de la dominación”.
“Las flias son básicamente una fiesta. Y además, es el espacio donde podemos mostrar nuestro material”, nos cuenta Dafne. Desde hace seis años y medio, Dafne y Leticia construyen, además de un proyecto laboral independiente, una vida en pareja. “Todo lo que tiene que ver con la diversidad sexual es algo que nos toca de cerca. Nos parece muy importante poder visibilizar esto, y no hay sellos editoriales que laburan la temática exlcusivamente”.
La Mariposa y la Iguana guarda entre sus títulos, una publicación sumamente novedosa: el primer libro infantil sobre diversidad sexual editado en Argentina. “Una historia de amor muy espacial” de María Laura Sabino, a quien contactaron a través de una conocida escritora Paula Jimenez España, autora del libro de cuentos de género “Pollera Pantalón” que también difunde la editorial. “Una historia de amor...es el último libro que publicamos y estamos más que felices”, nos contaba Dafne por aquel entonces. (Dic/13)
En el prólogo, Paula Jimenez España dice: “En el caso de este cuento que escribió María Laura, lo más especial es que el amor no es como en La cenicienta, una cosa que sucede entre un príncipe, que es un hombre, y una muchacha que anda por la noche en una carroza que se convierte en calabaza. No. Acá el amor es algo hermoso que pasa entre una estrellóloga llamada Lucecia y una persona muuuyyyyyyyy maravillosa cuyo nombre es… ¡Ana! Sí, Ana, que es un simple y precioso nombre que rima con mañana, con bandana ycon lo que se me da la gana.” Durante la presentación, la escritora señaló: “este libro salva vidas”.
“Una historia de amor muy espacial” está acompañado de bellas ilustraciones a cargo de Andrea Toledo. La presentación se realizó en octubre de 2013. Dafne y Leticia afirman: “Este libro abre mundos, abre cabezas, abre libertad y diversidad”. Romper con el molde de la literatura infantil fue uno de los objetivos del libro. Contar otras historias, visibilizar otros modos de amar, de encontrarse, de vincularse. Promover una cultura respetuosa de la diversidad sexual. Desde la ficción, la aventura y la magia, María Laura explora otros universos silenciados para el mundo infantil. En una entrevista realizada por Magdalena 2° Generación, decía: “El libro permite que una chica, un chico, se identifique con los personajes. Así, entonces, poder entender, desde la infancia, y naturalmente, que hay distintos modelos de familia, que el amor puede ser entre un hombre y una mujer, entre un hombre y un hombre, entre una mujer y una mujer. Poder recibirlo en la infancia con naturalidad, los aliviaría.”
“Desde entonces, Lucrecia, todas las noches, miraba las estrellas tratando de averiguar el misterio de la extraña huida de su amor. –¿Dónde estará? –pensaba Lucrecia– ¿Dónde?–. Y miraba el cielo buscando imaginarla como la primera vez que la había visto, algunos años atrás. Lucrecia había llevado su vieja Citroneta amarilla a arreglar al taller, y allí estaba Ana. Vestía unos pantalones verdes y una musculosa blanca, y con un pequeño destornillador ajustaba algunos tornillos sueltos de su bicicleta colorada. Se miraron a los ojos y sus corazones comenzaron a latir tan rápido que, a partir de ese día, salieron a pasear todos los domingos de sol. Y los de lluvia también. A veces en la Citroneta amarilla y otras en la bici colorada…” (Final del Capitulo 6, publicado en el Blog Boquitas Pintadas)
¿Papá, quien está teniendo el cielo para que no se caiga?
Javier Mascaró es de Merlo, pcia. de Buenos Aires. Escribe desde hace 15 años y desde hace 4 se dedica a “mover” sus libros por las flias. “En la Flia aprendí a editar y encuadernar. Y desde hace 2 años me dedicó a esto”. Javier no anda solo en esta aventura de ser editor independiente. Junto a un amigo forman la editorial cooperativa “Del Refalón ediZIones”. Javier escribe poesía y relatos infantiles. “En las flias no se encuentra mucho material para chicos”, nos dice. “A veces escribo cosas en base a preguntas de mis hijos”, confiesa. “Un día mi hijo me pregunto: ¿papá, quien está teniendo el cielo para que no se caiga? y esa pregunta me disparó las ganas de escribir”.
Para Javier, las Flias son fundamentales. Son espacios que les permite a los editores poder difundir lo que hacen y además, vivir de esto. “La Flia me permitió aprender a encuadernar, conocer gente, dibujantes con quienes surgió la idea de hacer un libro juntos, intercambiar libros con otros escritores.” En su blog o en facebook personal, Javier publica sus escritos y difunde los muchos libros que ya lleva editados por él mismo. Así se define: ” edito, imprimo, encuaderno, distribuyo y vendo yo mismo con amor y también con la colaboración de amigos hermanos, viajeros y caminantes copados de la misma movida…locuras locas de la AUTOGESTIÓN.”
Entre sus libros para niños se encuentra: “Me contó un pajarito” y “Los cuentos del papá de Luli”.
Poesía social, amor, relatos, prosas en versos, son algunos de los otros géneros por los que incursiona Javier. La valentía de volcarse de lleno a su pasión nos permite creer que la autogestión es posible.
A su vez, Del Refalón Ediziones tiene entre sus títulos, el libro “Apocalypsis Fly”, un libro de ciencia ficción, de la escritora Roxana D’Auro.
De mi cuerpo, por Javier Mascaró
De mi cuerpo
de adentro de mi cuerpo
si me abro
salen los placeres
sale la vida
si me abro
como las flores del limonero
como la tierra que busca el agua
como la mujer que soy
sale la vida
la vida crece en mi cuerpo
y en la tierra
y a la tierra van mis hijos
que juegan entre limoneros
y naranjos
que se abren al mundo
como sus ramas
como sus flores
como sus frutos
que se abren a la vida
porque mis hijos son hijos de la tierra
de la vida
de la tierra a la que vamos
de la tierra que vinimos
de este útero
que responde a mis susurros
o a los antojos de la luna
soy mujer
en mi cuerpo decido yo
y nadie me dice cómo hacer
porque bailando con mis lunas
sé parir
y mis hijos saben nacer
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