Tiempo de Pachakuti
Vivian Camacho habla bajito. Habla y dice. Interpela, conmueve. Con enorme simpleza y generosidad esta médica boliviana, especialista en Interculturalidad y Salud, partera tradicional de la cultura quechua, en diálogo con enREDando nos muestra parte de la cosmovisión andina del “buen vivir” y del Pachakuti, momento histórico de transformaciones en nuestro continente. “Las luchas sociales nos están llevando a un nuevo amanecer, a un nuevo momento de los pueblos que tiene que ver con nuestra cosmovisión andina, es sabiduría de nuestros abuelos que padecieron muertes y persecusiones, que se ha guardado hasta el día de hoy”.
Por Vivi Benito
Su mirada tiene un brillo especial, una mezcla de alegría y dulzura. De templanza y dolor. Vivian, dice con la mirada, con las manos, con su modo de caminar. Y en su decir se trasluce algo de la fuerza originaria, como una capacidad de resistencia aprehendida en el tiempo.
“En Bolivia somos mayoría indígena, somos un pueblo que está renaciendo, que ha resistido cientos de años con una sabiduría que está viva y eso he venido a compartir, salud y sumak kawsay (buen vivir/ vivir en plenitud), no basta hablar de una interculturalidad ligera, de la relación y respeto entre los pobrecitos indios y los blancos, cuando no se interpelan relaciones de poder. No basta hablar de una interculturalidad de la boca para afuera, viendo sufrir hambre y condiciones de vida terribles, diciendo pobrecitos ellos. Necesitamos cambiar esta realidad”, dice en tono sereno y con determinación.
Vivian Camacho es médica cirujana, especialista en Interculturalidad y Salud, partera tradicional de la cultura quechua y referente del Movimiento por la Salud de los Pueblos, conversamos con ella en el marco del II Congreso Latinoamericano de Salud Sociambiental, realizado a fines de junio en nuestra ciudad.
“He venido desde Cochabamba para compartir algo de lo que es Interculturalidad y Salud en relación a la contrahegemonía, denunciando que hay un sistema hegemónico de salud, occidental, académico, que se nos impone en las escuelas y facultades de Medicina. Es buena y grande la sorpresa de saber que aquí mismo, esta cátedra de Salud Socioambiental está proponiendo también cuestionar este tema”, opina, admirada por este espacio académico nacido en 2004 en la facultad de Ciencias Médicas de la UNR, que precisamente invita a trabajar en la deconstrucción del pensamiento hegemónico y abrir camino al Pensamiento Ambiental Latinoamericano.
“Este es el tiempo del Pachakuti, quiere decir que la tierra se ha puesto de cabeza, se están levantando los que estaban oprimidos y pisoteados. Los que estaban abajo, esa misma gente que es del color de la tierra, que estaba siendo pisoteada como ella, se está levantando y eso es lo que está ocurriendo en Bolivia. Esta lucha indígena viene de los tiempos de Tupac Katari y Bartolina Sisa, ellos fueron los primeros que lucharon por la liberación indígena y, claro, siempre nos cuentan la historia de los mártires, de los próceres, de los españoles que se han librado de la Corona española para no pagar los impuestos y llevarse la plata directamente. Cuando se dice 200 años de libertad, ¿libertad para quienes? Los pueblos originarios hasta el día de hoy siguen subyugados”, agrega.
Vivian es bajita, morocha y tiene dos largas trenzas. En su morral rojo, tejido a mano, siempre lleva alguna fruta, agua y hojas de coca. Vino a Rosario no a dar una disertación, sino a compartir una mirada y un modo de habitar el mundo: la cosmovisión del pueblo andino, vinculada al cuidado de la vida en su sentido más amplio, fraterno e integral. Una visión no antropocéntrica que considera al ser humano uno más entre todos los seres vivos del planeta, una mirada sabia, múltiple.
“Evo Morales Ayma es el primer presidente indígena del mundo, asumió el mando en el 2006 pero este mando viene luego de varias luchas sociales que hemos tenido, las más importantes fueron la guerra del Agua (2000) y la guerra del Gas (2003). Gracias a la guerra del Agua hoy el agua es un derecho humano para Bolivia, ya no puede venir ninguna transnacional a vendernos nuestra agrua. Y no solamente porque eso es una sivergüenzada sino porque el agua es sagrada, tiene espíritu y hay que cuidarla”, señala. En este sentido, vale recordar que Evo Morales pidió formalmente a las Naciones Unidas que declare el acceso al agua potable y al saneamiento básico como un Derecho Humano fundamental, pedido que fue escuchado y proclamado el 21 de julio de 2010.
Sumak Kawsay
A pesar de que el 80 por ciento de la población boliviana es indígena, hasta hace menos de diez años, lejos estaba el poder político de dar cabida a los derechos fundamentales para esta mayoría social. Bolivia (y también Ecuador), ha llegado a tener presidentes que ni siquiera hablaban bien el castellano, tal el caso del empresario minero Gonzalo Sanchez de Lozada (1993-1997; 2002-2003), que se expresaba muy bien en inglés, más o menos en castellano y desconocía por completo el aymara o el quechua. Sólo un dato, entre otros tantos, para pensar en el desprecio y la colonización territorial, cultural y simbólica.
“En Bolivia está sucediendo el sumak kawsay, las luchas sociales nos están llevando a un nuevo amanecer, a un nuevo momento de los pueblos que es el Pachakuti, que tiene que ver con nuestra cosmovisión andina, es sabiduría que se ha guardado hasta el día de hoy, de nuestros abuelos que padecieron muertes y persecusiones y la han guardado viva para nuestros pueblos al día de hoy”, analiza Vivian.
La joven médica -de apenas 30 años- trabaja como partera desde los saberes tradicionales quechuas junto a mujeres de grupos empobrecidos, nos explica que esta expresión proviene del quechua, sumak quiere decir lo más bello, lo bueno, no es simplemente el “buen vivir”, sino vivir lo más bellamente posible; y kausai quiere decir tu causa, aquello que te hace vivir, que te da vida. «Sumak kawsay sería volver a recuperar la belleza para vivir, para tener fuerza en el corazón. No basta con pedir y reclamar que por favor no maten a nuestra gente, que no envenenen los ríos o nuestras semillas sanas. Es necesario tenerlo y pelear por eso, pero el sumak kawsai es que no sólo que sea bueno sino también bello, que podamos vivir una vida sana y tener alegría en el corazón”, detalla.
“No podemos hablar de salud, si no hablamos también de tener comida sana, condiciones de trabajo dignas, una vida digna. En el Congreso hemos escuchado toda la tragedia que están viviendo nuestros pueblos por causa de las corporaciones, los pueblos fumigados, estamos viendo cómo las corporaciones arrasan por encima de los derechos, pero si somos millones organizados, algún día vamos a celebrar que, por ejemplo Monsanto se vaya de nuestros países, del continente y del mundo”, dice, vislumbrando posibilidades de cambio en función de la heterogeneidad de luchas socioambientales extendidas por el cono sur.
¿En Bolivia se reconocen los saberes ancestrales en el ámbito de la salud?, le preguntamos. “Hay mucho por hacer, el Colegio Médico está directamente enfrentado al gobierno, no considera nada de esto, es una lucha política y social porque sabemos que la clase médica, es eso, una clase médica. Hay viceministerio de Medicina Tradicional, hay programas interesantes de Salud Comunitaria Familiar Intercultural, que se está llevando a cabo, pero sabemos que cuando salga el gobierno todo eso se va a borrar. Así que lo mejor siempre es impulsar desde nuestras bases lo que podamos organizarnos en relación a nuestra salud”, responde Vivian con interesante claridad política, sabiendo que las transformaciones sociales sólo se dan a fuerza de lucha y organización, no por arte de magia o con “buena onda”, como le gusta decir a la derecha neoliberal.
“Si queremos ser verdaderos revolucionarios hay que volver a la tierra, empezar a plantar, a cuidar, a hacer crecer nuestra comida. La crisis alimentaria está ya sobre nosotros por culpa de las corporaciones. Los invito a cuestionar en cada uno por donde andamos, a mirarnos honestamente y a empezar aunque sea con un perejil en la maceta. Ese pequeño punto luego se juntará con otro y otro y empezará a ser una línea, un camino. No estamos pidiendo cosas imposibles, como ir a quemar y destruir, que es también una herramienta del sistema, sino que nosotros construyamos la propuesta que queremos vivir”, nos dice sobre el final de la charla, regalándonos un fraterno abrazo.